Abel Matutes (ctro.) compareció ayer junto a sus hijos. | ANA ISABEL GARRIDO SANCHEZ

El empresario Abel Matutes compareció ayer junto a sus hijos y consejeros del Grupo Empresas Matutes, María, Carmen y Abel, para «aclarar» todo lo relacionado la compra de los locales de Vara de Rey, y su negativa a prorrogar la cesión de los mismos al Consell para que continúe siendo de uso público como centro cultural S’Alamera y Oficina de Información Turística, tal y como adelantó Ultima Hora Ibiza y Formentera.

Matutes explicó que adquirió los locales de 700 m2 por 2,5 millones de dólares (1,99 millones de euros) en una operación de compra que comenzó a finales del año pasado con «conversaciones informales» con el anterior propietario, la Caja de Ahorro del Mediterráneo (CAM), y que se cerró el pasado 9 de agosto con el Banco Sabadell, como nuevo responsable de la caja.

Según el empresario, ambas entidades tenían «una intención clara e inequívoca de deshacerse de estos locales» debido a sus «dificultades financieras». «Fue una negociación dura, el precio era de dos millones de dólares, pero al final me sacaron dos millones y medio. Estoy convencido de que si no nos lo hubieran vendido a nosotros se lo hubieran vendido a otros, porque lo necesitan», afirmó.

Matutes se presentó en la rueda de prensa con una serie de documentos como la propuesta de compra de los locales, el convenio de cesión entre el Consell y la CAM, la comunicación de la empresa a la institución sobre la adquisición de los locales, y la correspondencia entre él y el presidente Vicent Serra sobre su negativa a continuar con la cesión, cuyo periodo era de cinco años y vence el próximo 4 de octubre.

Al respecto, el empresario negó que esto signifique expulsar al Consell del inmueble. «Aquí ni hemos echado a nadie, ni vamos a echar a nadie, ni se ha hecho ninguna operación a espaldas de nadie, ni se ha hecho de un día para otro», destacó Matutes, que defendió que la compra de los locales «no fue un proceso rápido ni furtivo». El empresario reiteró su objetivo de destinar estos céntricos bajos a la expansión de sus empresas. «Y cabe presumir que otro eventual comprador también hubiera realizado la adquisición con el fin de obtener un rendimiento de esta inversión, porque esto es lo lógico», agregó.

En todo caso, reiteró que dará las «prórrogas» necesarias para que el centro termine el curso de exposiciones, y para que la oficina de turismo concluya la temporada. Sin embargo, expresó su deseo de ocupar los locales «en cuanto podamos».

Por otra parte, Matutes no desveló cuál será el futuro de este espacio, pero explicó que será de atención al público y que «no necesariamente» tendrá que estar relacionado con su última apuesta empresarial, el hotel concierto Ushuaïa. «Nuestra empresa tiene múltiples desarrollos, continuamente estamos iniciando nuevos proyectos, y muchos de ellos tienen que estar muy de cara al público. No es un secreto que, por ejemplo, para ubicar la tienda de merchandising de Ushuaïa hemos tenido que prescindir de la agencia inmobiliaria y de la agencia de viajes que teníamos aquí en primera línea. Estamos continuamente abriendo nuevas oficinas y necesitamos estos locales», reiteró el empresario, que remarcó que está estudiando el futuro de este local «a todo gas».

Matutes también insistió en su disposición de colaborar con el Consell para «buscar soluciones» a los servicios que se dejarán de prestar en Vara de Rey, y no descartó ceder algún local, aunque «no céntrico» porque no tiene, pero sí en «ses Figueretes o en otro sitio».

En cuanto al pago de medio millón de euros que hizo el Consell para reformar el bajo como parte del convenio de cesión por cinco años, tanto Matutes como su hijo Abel coincidieron en que no ha sido «una mala inversión» ya que es equivalente al pago de un arrendamiento de 104.000 euros al año y para ese local «no es una renta muy cara».

Los detalles

UNA OPERACIÓN MAYOR
La compra fue en dólares y le costó un millón y medio más barata

El empresario explicó que la compra se efectuó en dólares porque formaba de una operación mayor de adquisición de bienes en México, también propiedad de la CAM. Según Matutes, esto provocó que los locales le costaran medio millón de dólares más a cambio de abaratar el precio de las otras propiedades cuya tramitación de compra está siendo más complicada. Aún así, el precio tasado por la CAM en 2005 cifra el valor del inmueble en 3,43 millones de euros, casi un millón y medio más de lo que le costó ahora.

PROPIEDAD DE FAMILIA
Matutes recuerda que el edificio lo construyó su abuelo

«A quién puede extrañar el interés por recuperar esta casa que es un trozo de nuestra propia vida y de nuestra identidad», destacó Matutes, que recordó que «esta propiedad siempre ha sido la casa Matutes de Eivissa» a la que todos llamaban «Can Abel porque la construyó mi abuelo, Abel Matutes Torres, a principios del siglo pasado». «Esta siempre ha sido nuestra casa, aquí tenían su sede todos los negocios de la familia de entonces (....) Aquí nació mi padre, todos mis hijos, yo y todos mis hermanos», destacó.

RESPUESTA A LAS CRÍTICAS
El empresario asegura que PSOE-Pacte «ha errado el tiro»

«Ha errado el tiro, si hay una familia que ha demostrado con hechos su preocupación social, cultural, es la nuestra, la familia en general y en particular, la fundación Abel Matutes», destacó el empresario, en respuesta a las críticas de PSOE-Pacte por interrumpir la cesión de local. Según explicó, en 2011 la fundación ha aportado 144.000 euros al deporte y la cultura, y recordó la cesión de las fincas Sal Rosa, Puig des Jondal y del poblado fenicio de sa Caleta, unas donaciones «que algunos gobiernos tenían interés en ocultar», criticó.