Las residencias universitarias cuentan con salas de estudio que los estudiantes pueden aprovechar. | PERE BOTA

Estos días miles de estudiantes dejan las Balears y se marchan a la península para cursar sus estudios universitarios, mayoritariamente en Barcelona, Madrid y Valencia. Elegir alojamiento en la ciudad de destino, adecuado a sus necesidades, y decidir si prefieren una residencia universitaria, un colegio mayor o un piso compartido es una de las principales decisiones que deberán tomar los estudiantes, una vez decididos sus estudios.

Para el primer año la opción preferida por los estudiantes y sus familias son las residencias universitarias y los colegios mayores, aunque los pisos compartidos son la opción mayoritaria. La primera opción no están al alcance de todos los bolsillos, ni de todos los expedientes académicos. Los límites los marcan una entrevista personal, un buen expediente y la posibilidad de desembolsar una media de 600 euros al mes. Madrid es la opción más cara con cuotas que llegan hasta los 740 euros, seguida por Barcelona donde el precio máximo son 685 euros al mes y Valencia donde la cuota asciende 665. Esta inversión tiene la ventaja de incluir servicio de comedor, lavandería y limpieza, por lo que el estudiante se ahorra las tareas domésticas adaptándose progresivamente a su recién estrenada independencia. Otra de la principales ventajas es conocer gente en la misma situación y entablar amistades. Estas comodidades implican el cumplimiento de unas normas y horarios para los estudiantes que deberán ser respetados. Además, la mayoría se encuentran bien situadas en las ciudades, conectadas con las universidades, el centro y las principales estaciones de autobús, tren o metro.

Compartir gastos

Las residencias y colegios mayores, con todos los servicios que ofrecen, suponen un gasto que llega a duplicar el coste de un piso compartido, que oscila entre los 300 y 400 euros al mes en las principales ciudades. Cuando se comparte piso también se comparten los gastos de luz, gas, agua, electricidad e Internet, por lo que son muchos los que prefieren piso. La intimidad y la libertad en los horarios completan el atractivo de esta opción.

La búsqueda del piso compartido se presenta más complicada que la de residencias y colegios mayores; los tablones de anuncios en las universidades, páginas en Internet y contactos de amigos son la formas más habituales de encontrar este tipo de alojamiento.

Ninguna opción se perfila mejor que la otra, dependerá de cada estudiante y de su familia la elección del alojamiento para el primer curso universitario y los siguientes