El conseller Bartomeu Escandell y la consellera Silvia Tur explicaron ayer los motivos de esta decisión.

La advertencia que realizó el Consell de Formentera a principios de mes de dejar facturar el agua que suministra la Agencia Balear del Agua (Abaqua) a través de la planta desaladora de es Ca Marí a la isla por no ser adecuada para el consumo humano, ha pasado a ser una realidad, según aseguraron ayer en rueda de prensa la consellera de Medi Ambient, Industria y Energía del Consell de Formentera, Silvia Tur, y el conseller de Presidencia, Hacienda y Urbanismo, Bartomeu Escandell. La institución formenterense, «ante la evidencia del agravio que supone para la ciudadanía no poder hacer uso del agua para el consumo humano en plena temporada turística», ha decidido acogerse a la cláusula 2ª b) del convenio firmado con Abaqua el pasado 21 de junio. En dicho convenio se acuerda que «en el caso de que el agua suministrada no reúna los requisitos establecidos en el decreto mencionado ésta no será objeto de facturación».

Los términos del actual convenio establecen que la empresa suministradora llevará a cabo controles periódicos sobre la calidad de agua suministrada, la cual tiene que cumplir con los criterios previstos en el Real Decreto 140/2003 de 7 de febrero que dicta los parámetros sanitarios con que se tiene que producir la misma.

En las analíticas realizadas el 10 de julio y en fechas posteriores, las cuales se remitieron a las autoridades sanitarias, se comprobó que los parámetros de cloruros, sodio y boro se encontraban sobre los límites permitidos según el Real Decreto.

Sigue igual de mal

Este hecho motivó el anuncio público del Consell a la ciudadanía «de que el agua de la red municipal no era apta para el consumo humano, y desgraciadamente, a día de hoy esta situación todavía no se ha restablecido», aseguró ayer la consellera Tur.

A partir de esta decisión, el Consell ha hecho un cálculo del número de toneladas de agua suministradas desde el pasado 10 de julio hasta inicios del mes de septiembre donante como resultado un consumo de 195.792m3 que, al precio de 1,75 euros, asciende a un total de 342.636€ que se dejarán de facturar. Además, a este importe se tendrá que sumar el resultado del coste de las toneladas consumidas hasta que la calidad del agua suministrada se restablezca.

Las partidas que no sean objeto de facturación, según anunció ayer el Consell, «serán destinadas al fondo de mantenimiento y reparación de obras e infraestructuras hidráulicas de la isla de Formentera, con el fin de mejorar su eficiencia y a enjugar futuros déficits tarifarios que se puedan producir». Las acciones de mejora a priorizar por parte del Consell son la reforma del depósito de agua de es Pujols, y el de es ca Marí, entre otras actuaciones, con el fin de garantizar el suministro en las puntas de demanda en temporada alta.

Un convenio que obliga a remodelar la planta
La duración del convenio firmado entre el Consell y el Govern es de nueve meses y cuentan con el compromiso de la Conselleria de Medi Ambient del Govern balear de remodelar y ampliar la actual planta de tratamiento de agua, hecho que permitirá aumentar la producción de 3.000 a 5.000 m³ día, tal como ha venido pidiendo el Consell de Formentera en base a los estudios de demanda realizados.

La Isla paga la tarifa más alta de Balears
En verano se produce un aumento de la demanda por encima de la capacidad de producción de la planta desalinizadora, de unos 3.300 metros cúbicos diarios, cuando la demanda en los días de mayor ocupación es de unos 4.000 metros cúbicos diarios. Por otra parte, Formentera paga el metro cúbico de agua desalinizada, apta para el consumo humano, a 1,75 euros, la tarifa más cara de Balears.