Iñaki Urdangarin ha desvinculado totalmente a la Casa del Rey y a su esposa, la infanta Cristina, de los negocios millonarios realizados con el Instituto Nóos en el transcurso de la declaración que en calidad de imputado prestó ayer durante unas cinco horas ante el juez José Castro, el equipo al completo de la Fiscalía Anticorrupción de Balears, el resto de acusaciones y los abogados personados en la causa.

Tan claro lo tenía el yerno del Rey de lo que iba a ser el argumento clave de su defensa, que inició su segunda comparecencia en un año leyendo, con tono solemne, según las fuentes consultadas por este diario, el siguiente comunicado:

«Antes de someterme a las preguntas en este Juzgado, quiero declarar que, como consecuencia de la entrega y difusión de determinados correos y documentación presuntamente relacionados con este procedimiento, se ha producido en las últimas semanas un desplazamiento del foco de esta instrucción, de los hechos propiamente dichos hacia un proceso público al pretendido papel de la Casa Real en los mismos. A este respecto, declaro que la Casa de Su Majestad el Rey no opinó, asesoró, autorizó o avaló las actividades que yo desarrollaba en el Instituto Noós. Por el contrario, cuando tuvo conocimiento de la existencia de reproches políticos a las administraciones públicas contratantes, la Casa de Su Majestad el Rey me trasladó las recomendaciones oportunas para que dejara de realizar una actividad que no consideraba adecuada para mi status institucional y así lo hice».

El comunicado fue difundido por la agencias estatal Efe nada más iniciar Urdangarin su declaración, circunstancia que las fuentes interpretaron como una iniciativa pactada de antemano con la Casa Real.

Correos

El yerno del Rey respondió a todas las preguntas, salvo una relacionada con los correos aportados por Diego Torres, lo que motivó una protesta del letrado de su exsocio en Nóos, Manuel González Peteers. Este intervino para insistir en que ya se habían leído los derechos del imputado, por lo cual, la intervención de su colega Mario Pascual, abogado de Urdangarin, era improcedente. El asunto no pasó a mayores, pero el yerno del Rey se abstuvo de responder sobre los documentos aportados por Torres.

El interrogatorio se centró en los presuntos indicios incriminatorios hallados por los investigadores en el último año, es decir, después de su primera declaración en Palma el 25 de febrero de 2012.

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Hacienda asevera en un informe que el marido de la infanta Cristina pudo haber cometido tres delitos fiscales, dos de ellos relacionados con su declaración de la renta en los ejercicios 2007 y 2008, y un tercero relacionado con el impuesto de sociedades de Nóos. No obstante, sobre esas cuestiones Urdangarin se limitó a afirmar que los asuntos fiscales eran competencia de sus asesores, expertos en esa materia, aunque matizó que si existía algún desfase en las cuentas con Hacienda, estaba dispuesto a subsanarlo.

En ese mismo contexto, y en relación a las cuentas con saldos millonarios descubiertas en el extranjero, el yerno del Rey rechazó esa cuestión de plano, con la misma rotundidad que negó haber utilizado testaferros.

Zarzuela

Negó, asimismo, haber celebrado una reunión en el Palacio de la Zarzuela, preparatoria de la Valencia Summit 2004, a la que, según Diego Torres, asistieron el entonces presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá.

Sobre esa cuestión, el juez Castrop dejó entrever que estudia la posibilidad de solicitar el registro de visitas de la Zarzuela para verificar si se celebró la referida reunión.

Con respecto a la función que desempeñó en la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social (FDCIS), heredera del Instituto Nóos, Urdangarin explicó que él era patrono de la misma, pero que solo ejerció labores en cuestiones deportivas, nunca de gestión, mientras que Diego Torres dijo la semana pasada al juez que esa Fundación se creó expresamente para Urdangarin.

Acerca de la donación de 120.000 euros de la Fundación Madrid 2016 a la FDCIS, que se investiga en esta causa porque no hay justificación alguna de la prestación de los servicios pagados, el yerno del Rey admitió haber ejercido de «lobby de presión» a favor de la candidatura olímpica pero subrayó que él no cobró nada por ello.

A diferencia del año pasado, Urdangarin no realizó declaraciones a los medios de comunicación a su llegada al juzgado, y tampoco viajó a Mallorca acompañado por su mujer, la Infanta Cristina.