Vicent Marí, Ana Guasch, Maria Victoria Escandell, José Ramon Bauzá, Vicent Serra y Diego Guasch, ayer en Palma. | Joan Torres

El president Bauzá abogó ayer por una «gran reforma de la Administración», cuyos límites no concretó, pero que, precisó, iría en línea con los acuerdos que ya ha ido tomando su Govern.

Bauzá se expresó así en el discurso institucional que pronunció después de la entrega de las medallas de oro y premios Ramon Llull; el primero de los actos con los que se conmemora la aprobación del Estatut, que este año cumple 30.

El president se desmarcó de las voces que apuntan a una reforma del Estatut d’Autonomia. Dijo que este no es un asunto que preocupe especialmente a la ciudadanía y, además, afirmó que el sistema autonómico sí ha servido para aportar soluciones a asuntos que estaban pendientes hace tres décadas. Eso sí, llegó a admitir que, de haberse aprobado en esta época, algunas cosas hubieran sido diferentes. La oposición, que limitó su presencia en el acto institucional, estaba especialmente interesada en comprobar si habría alusiones al momento político y, sobre todo, a la corrupción. Hubo alusiones. Bauzá presumió de transparencia y abogó por «dignificar el ejercicio de la política». Precisó que, siempre, desde el respeto a la ley y reclamó «tolerancia cero».

Del discurso inicial ‘cayeron’ dos párrafos algo más contudendentes que, finalmente, no leyó.

Bauzá hizo una inusitada defensa del papel de la sociedad en el control de la política. «La sociedad -afirmó- se puede implicar para tener la clase de dirigentes que necesita».

Como en el discurso que pronunció cuando tomó posesión de su cargo como president, también en sa Llonja, Bauzá defendió el municipalismo como escuela de la política.

[Lea todos los detalles de la información en la edición impresa o en Kiosko y Más]