El portavoz de la oposición, Xico Tarés, y la consellera progresista, Patricia Abascal. | DANIEL ESPINOSA

El proyecto para remodelar Platja d’en Bossa que tiene Empresas Matutes y que incluye la construcción de un campo de golf, viviendas y un centro comercial fue ayer objeto de polémica en el Consell. Los progresistas presentaron una propuesta para que los populares se comprometieran a elaborar los estudios técnicos necesarios para evaluar el impacto que tendrá el proyecto a nivel urbanístico, socioeconómico y ambiental y para que el Govern no haga un decreto que signifique «un traje a medida» para el exministro. «Queremos que cumpla como todos los demás ibicencos», indicó la consellera progresista Pepa Marí, que no quiere que la decisión se tome desde el Govern y pide al Consell que «vele por la legalidad urbanística». La consellera criticó que la institución insular se haya mostrado favorable al proyecto en una declaración poco habitual, ya que en el texto mismo «se reconoce que no hay normativa que respalde el informe» y lamentó que este proyecto «se salte totas las normas urbanísticas». «Dicen que se hará todo legalmente, pero ¿de qué legalidad están hablando si se quieren hacer un decreto a medida?», añadió la consellera, que consideró que se trata de un «trato de favor» y pidió al Consell que no dé «un cheque en blanco» al empresario.

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