El presidente Vicent Serra habla con su vicepresidente Antoni Marí, ‘Carraca’, ayer durante el pleno. | DANIEL ESPINOSA

La residencia de Can Blai se convirtió ayer en protagonista en el pleno del Consell después de que la consellera de PSOE-Pacte Patricia Abascal denunciara la situación que se vive en este centro, donde hay retrasos en el pago de nóminas, solo funciona un ascensor y los otros dos no («lo que altera los circuitos de limpieza y seguridad) y donde existen carencias de «uniformes y vajilla» para llevar a cabo el trabajo.

El presidente del Consell, Vicent Serra, reconoció que «hay que hacer autocrítica» porque hay problemas del día a día en esta residencia que no se han resuelto, pero indicó que son «heredados» del anterior equipo de gobierno y que en dos años es «muy difícil» arreglarlos porque la situación económica es «muy complicada y extrema». «Todo el dinero lo utilizamos para pagar el personal y están quedando atrás otros problemas; es verdad que el tema de los ascensores es prioritario y habrá que solucionarlo», añadió Serra, que indicó que con el dinero que recibirán del convenio intentarán ir pagando a los proveedores y «renovando cosas básicas».

Un grupo de trabajadores de Can Blai acudió ayer al pleno para saber qué pasará con su empleo a partir de 2014, cuando se disuelva el Consorcio Sociosanitario. El presidente señaló que por ahora los puestos están asegurados, igual que las nóminas. «Entendemos su intranquilidad e inseguridad, pero estamos intentando que el futuro sea el mejor posible para ellos», añadió Vicent Serra, quien eludió garantizar si en 2014 se mantendrán los puestos de trabajo porque ahora hay que iniciar una negociación con el Govern: «No queremos dar un paso más largo que el otro, lo que podemos decir hoy en día es que trabajamos para mantener la plantilla y los sueldos».

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