Un grupo de participantes se cubren en un momento de la batalla de los tomates. | AMANDA AGUADO

Las inclemencias meteorológicas respetaron, finalmente, la tradicional batalla de tomates entre cartagineses y romanos que se celebró ayer en la playa s’Arenal de Sant Antoni y que alcanzó con la de ayer su novena edición.

Una tradición en la que los vecinos se vuelcan en la participación en los dos ejércitos que se enfrentan y que cada año consigue congregar a un mayor número de visitantes residentes y turistas. La jornada arrancó con el desfile de los ejércitos, los romanos desde el aparcamiento el edificio El Ruedo y los cartagineses desde el Ayuntamiento. Animados y haciendo honor a los escudos que llevaban desfilaron hasta tomar posiciones para la batalla. Ya en la playa, alrededor de 20.000 tomates empezaron a ser lanzados con un buen espíritu guerrero por parte de ambos bandos, mientras los espectadores contemplaban estas hazañas bélicas e inmortalizaban el momento no sin recibir algún que otro resto de tomate ‘volador’.