Las asociaciones de comerciantes del puerto y la Marina pusieron ayer el grito en el cielo. No dan crédito al retraso de un año anunciado por Autoritat Portuària de Balears (APB) para la reforma de la fachada marítima de Vila, que se emplaza a octubre 2014. De forma muy diferente reaccionó la alcaldesa de Vila, Pilar Marí, cuyo gabinete de prensa aseguró que no tenía «nada que comentar» al respecto, a pesar de que es la representante de la Isla en el Consejo de Administración de Autoritat Portuària.

Quienes sí tenían algo que comentar eran los presidentes de las agrupaciones de comerciantes. Ramón Cabello, representante de los comercios del barrio de la Marina, se mostró «sorprendido» por el retraso anunciado por el presidente de APB, Alberto Pons. «No entendemos nada, es totalmente ilógico todo lo que está ocurriendo», afirmó el comerciante, que anunció que pedirá una reunión con la alcaldesa aunque sin muchas esperanzas de lograr un cambio. «Lo que pasa es que acabamos siempre con la misma sensación, de que estamos pidiendo otra vez lo mismo y que realmente se hace muy poco. El Ayuntamiento no se termina de creer los planteamientos que se le hacen», destacó Cabello.