La pregunta es concreta: ¿Qué le pediría a la alcaldesa de Vila? Pero las respuestas dejan constancia de que la gente reclama mejoras sin atender a competencias. Ayuntamiento, Consell Insular, Govern balear y Gobierno estatal. Son demasiados escalones a tener en cuenta para ciudadanos que se preocupan de cuestiones concretas como pagar el alquiler a fin de mes o aparcar en la ciudad sin gastarse tres euros al día. De hecho, muchos de los encuestados no saben cómo se llama la actual alcaldesa de Eivissa, Pilar Marí, quien inició su mandato el pasado mes de junio tras la polémica que acabó con la dimisión de su predecesora, Marienna Sánchez-Jáuregui. «Creo que el apellido es Tarrés», comenta una joven sin saber que desde entonces ha llovido mucho.

Pero sea Tarrés, Mari, Serra o Jáuregui, la gente en la calle quiere ver resultados, aunque hay quienes ya no confían en la política. «¿Qué le pediría? Que dimita, a ella y a todos los políticos porque nunca cumplen sus programas», comentaba rotundo Alfredo Martínez. «No me creo a ningún político, para qué pedir nada, no merece la pena», añade poco después Ana Vilás, responsable de una tienda de ropa en Vila.

Entre quienes todavía se animan a exigir cambios a los gobernantes, hay una petición que se repite en varias ocasiones: «Que se controlen los abusos en los alquileres», apunta Adrián, quien prefiere no ser fotografiado aunque sí cuenta su experiencia: «Durante varios años venía solo en temporada, a trabajar, y aceptaba pagar precios altos por el alquiler -explica-, pero cuando he querido quedarme todo el año ha sido muy complicado encontrar una casa a un precio normal, en Eivissa no se puede vivir solo». También Ana María Vargas y Luis Escobar aluden al mismo problema: «Le pediría al ayuntamiento que haga como el de Barcelona, que los pisos que lleven vacíos más de tres años los alquilen a precios más bajos a personas que los necesiten», resume Ana María.

La limpieza, el aparcamiento o un mejor mantenimiento de los parque son peticiones que se acumularían sobre la mesa si los ciudadanos tuviesen la posibilidad de ir al despacho de la alcaldesa a dejar constancia de sus reclamaciones.