Justine Pellerin (izq.) junto a su colaboradora Sara Dauge (dcha.). Bajo estas líneas, dos fotogramas del documental. | Redacción Cultura

Han pasado casi diez años desde que la realizadora francesa Justine Pellerin cogiera la cámara y se adentrara en las tierras de Sant Miquel y Santa Agnès para retratar esa Eivissa que sigue existiendo más allá de la imagen turística que la mayoría del planeta tiene de este territorio. Sin ningún tipo de apoyo económico, y con la cabezonería de quien sabe que tiene una buena historia entre las manos, Pellerin estuvo dos años rodando y, tras varios años revisando el material, en 2012 estrenó el montaje definitivo de Eivissa terra endins en catalán en el Teatro España de Santa Eulària, en un acto organizado por el Institut d’Estudis Eivissencs. La constancia de Pellerin obtendrá este sábado un nuevo premio, puesto que la cinta será emitida por el Canal 33 de la televisión autonómica de Catalunya a las 22,40 horas. La autora quiso, al dar a conocer la emisión, agradecer la colaboración de «todos los que han participado en el documental» y la ayudaron «a enseñar la isla de Eivissa lejos de estereotipos».

El amor de Pellerin por esa otra Eivissa viene de la época de su infancia, cuando veraneaba en las Pitiüses junto a su familia en las zonas de Sant Josep y Santa Agnès. El rodaje del documental permitió a la directora encontrar una Isla que se situaba «más allá» de sus recuerdos de infancia. «Descubrí que había una lengua propia que viví como un segundo descubrimiento de este lugar». En aquellas sesiones de grabación, Pellerin contó con el auxilio de su colaboradora, Sara Dauge, y de Eli Moreto, quien ejerció de traductora para las entrevistas, entre otras personas.

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