Soy de los que opinan que la estación de autobuses Cetis está bien cerrada y, además, que no hacía ninguna falta ya que las paradas del transporte interurbano y entre municipios siempre han estado en la calle, como en todo el mundo. La cuestión es que alcaldes y concejales de todos los colores del Ayuntamiento de Eivissa han creado graves problemas políticos y económicos, que se están resolviendo en los tribunales. Los jueces, pues, tienen la última palabra sobre la viabilidad del Cetis. Lo que si no es de recibo, es que el Consistorio aprobara una tasa de 50 euros para entrar y otros tantos para salir del subterráneo. Y, al parecer, no lo consultaron con las empresas concesionarias del servicio. El tema, pensándolo bien, es de psiquiatra. Pueden decirme que más tarde lo rebajaron a cinco euros, pero la barbaridad de los 50 euros por movimiento bate todos los records mundiales.

Por añadidura, los responsables del "pollastre" se inventaron un nuevo y descabellado sistema de transporte, y es que no permitieron que los usuarios pudieran subir a los buses en las paradas urbanas, así que se obligó a los aspirantes a pasajeros a andar hasta sa Colomina, en donde se construyó la mentada estación.

Pero, a mi entender, opino que los usuarios han sido siempre los grandes olvidados de los políticos municipales de Eivissa. Espero que el nuevo Consistorio que preside Virginia Marí mejore la situación. La cuestión es que en nuestra isla hay una gran población residente y otra visitante, durante la temporada turística, que necesitan mejores paradas en la ciudad de Eivissa, frecuencias normales y muy buena información; es decir, modernizar la ‘bus stop’ para que los usuarios no vayan perdidos por Isidor Macabich, que es donde hay mayor afluencia de pasajeros. Según parece, y no hace mucho tiempo, había un acuerdo entre el Ayuntamiento y el Consell para realizar mejoras en las paradas, pero al final desde Can Botino se dijo que "de lo dicho no hay nada". Confiemos en que la sensatez impere y que se adopten soluciones que mejoren la calidad de vida de los ibicencos y de los visitantes.

Lo cierto es que no todo se solucionará mejorando y modernizando las actuales paradas de autobuses existentes en la ciudad de Eivissa. Sabido es que pronto se construirá una nueva estación marítima en el muelle comercial norte, que acogerá el tráfico marítimo entre los puertos de Eivissa y de la Savina. Así que nuestros hermanos formenterenses ya no podrán embarcar y desembarcar en el muelle de poniente, sino que se verán alejados del centro de la ciudad y si no disponen de un buen servicio de autobuses lo tendrán muy mal, al igual que lo teníamos nosotros al vernos obligados a andar hasta el Cetis. Además, resulta que buena parte de los turistas van a Formentera por la mañana y regresan a Eivissa por la tarde, de lo cual se benefician las navieras y toda Formentera. Y no sería de recibo que nuestros visitantes tuvieran que andar el largo trecho que hay entre la zona sur del puerto de Eivissa y el muelle comercial norte. El problema también afecta a los pasajeros que desembarcan o tienen que embarcar en buques que operan en los pantalanes de Botafoc. Sinceramente, la Autoridad Portuaria de Balears y el Ayuntamiento de Eivissa han de dar facilidades a centenares de miles de pasajeros y no amargarles la existencia.