Miguel A. Torres, ayer en el Ibiza Gran Hotel. | (c) Sergio G. Canizares

El Agroturismo Atzaró acogió ayer una cata de vinos de Bodegas Torres, el mayor grupo vinícola catalán, fundado en 1870. A ella asistieron los restauradores de los establecimientos de mayor categoría de la isla y la leyenda viva del sector Miguel A. Torres, perteneciente a la cuarta generación de la bodega catalana.

Es el actual presidente y consejero delegado de Bodegas Torres, un grupo que desde hace ocho invierte en energías renovables y en investigación ya que son muy sensibles a las consecuencias del cambio climático.

El propio Torres ofreció una charla ayer donde explicó cómo han comprobado en sus propias cepas que el cambio se está produciendo: «En los últimos cuarenta años hemos percibido un alarmante incremento de las temperaturas. Si éstas suben dos grados más a lo largo de este siglo, la viña sufrirá un daño brutal. Estamos tratando de que la gente se mentalice de que no puede seguir con su estilo de vida de siempre», explicó Torres.

La empresa centenaria ya ha puesto en marcha algunas soluciones paliativas al problema, aunque éstas no serían aplicables a los viñedos ibicencos en caso de producirse la temida subida del termostato: «Ya tenemos muchas viñas a mil metros de altura tocando el Pirineo. En Eivissa no podría existir esta alternativa, habría que cambiar la cepa pero los vinos serían diferentes», concluyó.

Bodegas Torres comercializa medio centenar de marcas de vino y brandy y exporta más del 70 por ciento de su producción a 150 países de todo el mundo. La compañía dispone de bodegas en España, Chile y Estados Unidos y posee más de 2.432 hectáreas de viñedos, la mayor parte (unas 2.000 hectáreas) en suelo español.