José Luis Santafé en la Comisaría de Eivissa, el pasado jueves. | (c) Sergio G. Canizares

José Luis Santafé (Madrid, 1965) es el actual Comisario de Policía en Eivissa. Antes trabajó en Madrid, Mallorca y Canarias.

-¿Qué herramientas tiene un policía para mantenerse incólume ante la gran corrupción que nos rodea en tantos y tantos ámbitos?

-Yo tengo una ventaja, y es que estoy muy bien educado y se lo tengo que agradecer a mis padres. Le voy a poner un ejemplo. Cuando íbamos a la playa de Palma y desmontábamos las cajas de los trileros, a veces aparecía un billete, que todavía era en pesetas, y lo metíamos en una hucha del cáncer. No nos tomábamos ni un triste café con ese dinero, porque si no, yo, no duermo por la noche. Las pocas tentaciones que he tenido las he resuelto bien y espero seguir teniendo pocas y seguir resolviéndolas bien.

-Por vez primera han trabajado con ustedes policías judiciales italianos, ¿qué ha supuesto para la comisaría de Eivissa desde el punto de vista policial?

-Se trata de una experiencia de cooperación muy positiva. Además hemos tenido la suerte de que algunos de los agentes italianos son profesionales muy experimentados en este tipo de delitos y de una entrega y abnegación absolutas. Ellos veían cosas que a nosotros se nos escapaban. Pueden distinguir personas susceptibles de pertenecer a estos grupos por su aspecto, por su forma de hablar o porque los conocen de Nápoles.

Por otra parte, teníamos acceso directo a las bases de datos policiales de Italia en tiempo real, fuera de los mecanismos burocráticos de cooperación clásicos, que aunque han mejorado siguen siendo lentos para el trabajo operativo.

Y comprenden y traducen no solo el italiano, sino los dialectos del sur de Italia y las jergas de estos grupos.

-¿Le gustaría que el próximo verano se repitieran este tipo de colaboraciones?

-No solo le puedo decir que me gustaría, que está claro que sí y que mucho, sino que puedo adelantarle que los resultados y la satisfacción de la experiencia permiten prácticamente asegurar la presencia de agentes italianos el verano que viene, y con un número de efectivos mayor y por más tiempo, ya que nuestra temporada turística se va alargando.

-Las detenciones relacionadas con las mafias italianas, principalmente con las bandas del Rolex, demuestran que Eivissa sigue siendo un destino importante para estos delincuentes. ¿Qué habría que hacer para que este tipo de mafias dejen de tener en Eivissa un atractivo tan importante?

-Pues seguir por la senda que se ha iniciado este año, investigar, controlar, detener, enjuiciar… Si ellos se ven vigilados, y no están a gusto, le aseguro que se pensarán venir aquí a delinquir o residir en Eivissa evadiéndose de la Justicia de otros países.

Le pongo un ejemplo. Después de que cayera el grupo organizado dedicado a robar relojes de lujo, relacionado con la Camorra, a finales de agosto, prácticamente no se produjo ningún robo más. Decía mi abuelo riojano ‘que el miedo guarda la viña’. Si estás en ella vigilando nadie te roba las uvas, y es verdad, cuando se desarticula un grupo, otros se los piensan antes de venir.

-Cuando se hace pública una noticia que anuncia el robo con violencia de un reloj valorado por ejemplo en 300.000 euros surgen comentarios del tipo “llevar una joya tan cara es provocar”. ¿Qué le diría usted a los dueños de estos relojes: que fueran más discretos, que tuvieran más cuidado, que ostentar tanta riqueza en época de crisis podría ser visto como algo obsceno o que están en su derecho de llevarlo y que la policía les debe proteger?

-Mire, nuestra comunidad vive del turismo, y además siempre escuchamos en todos los destinos vacacionales que se debe de atraer a un turismo de calidad. Cómo le vamos a decir a alguien que pasa sus vacaciones aquí que provoca llevando una joya o que se la quite para evitar que se la roben… Más allá de algunos consejos elementales de autoprotección, no creo que sea conveniente ir por ese camino.

A pesar de lo notorios que son este tipo de delitos, de su transcendencia mediática, y del innegable daño que causan a la imagen turística de Eivissa, debo recordar que se trata de 35 o 40 hechos por temporada. Si pensamos en el número de turistas que han venido a nuestra isla este verano -varios millones-, es insignificante.

Aun así, la cifra debe bajar. El objetivo ideal es que sea cero, aunque sea utópico. Hay que prevenir estos hechos y otros de similar calado, tal y como se ha hecho este verano con operativos proactivos, y si el robo se produce, tratar de detener a los autores y ponerlos a disposición de la autoridad judicial. A pesar de lo dicho, Eivissa tiene otras características (sanidad, infraestructuras, servicios…) un plus que no tienen otros destinos turísticos, y en cuanto a la seguridad, la gran mayoría de los turistas que nos visitan se van sin sufrir ningún delito, y eso nos distingue.

-Otro robo con violencia similar a estos fue el que sufrió el propietario de una discoteca cuando salía de su casa. De forma violenta le arrancaron una bolsa y él denunció que en ella había una cantidad que rondaba los 150.000 euros. ¿Es lícito trasladar de esa manera una cantidad de dinero tan importante?

-Existe una normativa administrativa que, efectivamente prohíbe trasladar en efectivo más de 100.000 euros en territorio nacional o más de 10.000 a otro país. En puridad no es legal trasladar cantidades por encima de las señaladas, si bien la norma en su espíritu pretende prevenir la fuga y el blanqueo de capitales. Al que lo hace se le puede intervenir el dinero hasta que explique su procedencia. Y caben sanciones administrativas (multas) por ello.

Otra cosa es el plano de la seguridad. Al margen de esa norma e incluso con cantidades de menor cuantía pero importantes, como expertos en esa materia tenemos que desaconsejar ese tipo de prácticas. Existen sistemas de recogida por empresas de seguridad privada que tienen un coste razonable y que eliminan cualquier riesgo, máxime en establecimientos públicos donde inferir que se va a producir el traslado no es complicado para los delincuentes.

-De mayor a menor número de servicios en los meses de verano. ¿Qué supone una mayor carga de trabajo para ustedes, los robos, las drogas u otro tipo de incidentes?

-Va variando según la casuística. Por ejemplo, este año se ha hecho un esfuerzo muy grande con el tema de los robos de relojes de la denominada ‘banda del Rolex’, pero también en robos en establecimientos, aunque se han producido algunos robos, y en determinados casos de importancia, la cantidad global se ha reducido muchísimo.

Con el tema de drogas, y aunque se han llevado a cabo algunas operaciones de importancia, como por ejemplo la incautación de más de once kilógramos de cocaína, hemos tratado de dar relevancia a las operaciones de pequeño y mediano tráfico y a la represión del consumo público. Se han materializado casi un centenar de operaciones de este estilo, y las cifras respecto del consumo público que se castigan con multas han batido récords. Se trata de no poner fácil la venta, que no sea descarada, y de que no se consuma en público.

Sin embargo el problema que más trabajo nos da son los hurtos, su menor impacto en la alarma social y en los medios de comunicación no puede ocultar su incidencia. Hemos detectado hasta siete grupos organizados de carteristas y descuideros, que roban objetos de valor, además de bolsos y carteras. Son itinerantes, recorren España e incluso otros países de Europa, y la legislación pensada para hechos puntuales va por detrás en este asunto y no está a la altura de las circunstancias. Hemos detenido a algunos hasta tres veces y aunque se ha reducido significativamente este año la cantidad de hurtos denunciada, sigue siendo el ilícito estadísticamente más frecuente, menos mal y hay que agradecerlo, que los policías son inasequibles al desánimo y una y otra vez actúan contra estos delincuentes.

-La delegada del Gobierno, Teresa Palmer, dijo recientemente que se espera que a final de año la delincuencia en el municipio de Eivissa se haya reducido. ¿Lo puede usted confirmar o aventurar algún porcentaje?

-Como sabe usted no podemos dar datos porque no nos dejan. Se encarga la Secretaría de Estado. Pero en el municipio de Vila efectivamente hay una disminución significativa.

La delegada habló a final del verano del 3% y lo vamos a mejorar con el comportamiento de los últimos meses del año.

-Desde que llegó a la isla su gestión se ha caracterizado por una mayor presencia de agentes en la calle. ¿Quiere decir esto que se han descuidado otros servicios de Comisaría? Y si es así, ¿qué áreas se han visto afectadas?

-Hoy en día, además de eficacia, se nos exige también eficiencia, y en eso estamos. Quiero decirle que no se ha disminuido el número de agentes y funcionarios con tareas de atención al público, y que además se han mejorado sus ratios de atención. El resto han salido de puestos burocráticos y no operativos, y las cifras delincuenciales con una disminución relevante, nos dan la razón, con una temporada más larga y con más visitantes denunciados, y eso es porque hay más policías.

Tengo que agradecer la implicación y el esfuerzo de los agentes de la Comisaría, pues creemos que se ha conseguido sacar más policías a la calle sin que se hayan visto afectadas las áreas de trabajo de donde han salido.

-Usted ha tenido la suerte de llegar a Eivissa cuando ya estaba en funcionamiento el nuevo edificio de la Comisaría. ¿Cómo valora la funcionalidad del mismo?

-Es un edificio funcional y estéticamente muy logrado, muy acorde con la imagen de modernidad y de estilo que proyecta un destino turístico como el nuestro. Todos los estudios laborales reconocen que trabajar en un entorno agradable mejora el rendimiento, y esto parece que es así.

No obstante, el final de la obra, con prisas y un presupuesto ajustado, dejaron un mal ‘remate’ del edificio y algunos problemas que estamos tratando de solucionar.

-Por vez primera el director insular de Eivissa y Formentera podría ser un agente del Cuerpo Nacional de Policía (se espera el inminente nombramiento del inspector jefe Roger Sales, un hombre con muchos años de trabajo). ¿Cree que esto será una experiencia positiva para el cargo?

-Desde luego es conocedor de nuestros procedimientos y de nuestra idiosincrasia y eso es un activo y una ventaja. Seguro que si es nombrado irá muy bien.

-¿Cómo cree usted que valora el ciudadano medio el servicio que recibe en Comisaría a la hora de, por ejemplo, renovar su DNI o pasaporte o de presentar una denuncia?

-La expedición de documentos se gestiona a través de un programa de cita previa que se pide por teléfono o por internet. Este sistema va muy bien, pues eliges día y hora en horario de mañana y tarde (excepto viernes) y se atiende con puntualidad británica. El inconveniente es que la cita es para aproximadamente un mes después de la petición y la gente que no ha sido previsora, o que ha perdido o le han sustraído un documento, debe ser encajada entre los que están citados. Ello produce esperas, y hoy en día la gente no está por la labor de esperar, y se producen algunas quejas.

Además, en verano, tenemos miles de turistas y el problema se acentúa, pero tratamos de llevarlo lo mejor posible y atender de la forma más rápida y amable, pero a veces no todos quedan a gusto. Nuestras disculpas para quien no se haya visto bien atendido.

Con las denuncias pasa algo parecido. En verano la calidad del servicio baja por la saturación de personas, un hecho que se ve agravado porque somos el principal punto de recepción de denuncias de la isla, con lo que cogemos tantas denuncias en nuestra zona de actuación como del resto de la isla, casi a partes iguales, con la carga de trabajo que ello supone. También tratamos de atender lo mejor posible, reforzando las horas punta.