Las glosas contaron con participantes muy jóvenes. | Toni Escobar

La carpa instalada en el paseo de Vara de Rey de Vila fue testigo ayer de cómo las costumbres navideñas más tradicionales de Eivissa se extienden tanto entre las nuevas generaciones como también entre personas foráneas afincadas en la isla.

Así se pudo comprobar en la Muestra Navideña que organiza cada año por estas fechas la Colla de sa Bodega en colaboración con el Ayuntamiento de Eivissa. En esta vigésimo sexta edición, subieron al escenario un buen número de nuevos glosadores, jóvenes que están aprendiendo el arte de hilvanar unas canciones que juegan con elementos de la vida rural de antaño y los mezclan con un ácido humor. Isa y Joan, por ejemplo, mostraron ayer una gran destreza en sus diálogos y consiguieron arrancar continuas carcajadas del público que llenaba la carpa.

Otro tanto se apuntó el pequeño Jaume, que con apenas cuatro años exhibió una gran maestría para brular es corn, o hacer sonar una gran caracola con sus soplidos.

Los veteranos, como Pep Xauet, de Santa Eulària, o el dúo formado por Antonia Torres y Pepita Palau, señalaron con sus tablas el camino a seguir a estos jóvenes valores de las costumbres ibicencas más arraigadas, aunque quedó claro que algunos pasos ya han dado.

Al finalizar el recital, y tras dos horas de glosas, redoblats, brulades de corn, acudits, xeremies, gaites, ucs y una ballada de sa Colla de sa Bodega, la concejala de Cultura, Lina Sansano, dio a conocer los vencedores del concurso de salsa, donde sorprendieron dos detalles: dos de los tres primeros clasificados eran hombres y uno de ellos, el vencedor, ni siquiera era nacido en Eivissa.

Se trata de José Antonio Sánchez Castillo, un barcelonés afincado en la isla que aprendió de su suegra ibicenca la manera de elaborar este tradicional postre ibicenco que se prepara en Navidad.

De esta manera, se puso de manifiesto que el relevo que necesitan las costumbres de la isla queda garantizado, tanto por las nuevas generaciones de ibicencos como por aquellos que, siendo de otros lugares, han elegido vivir aquí y adoptan las tradiciones de la isla como propias.