El Consell d’Eivissa ya ha iniciado la cuenta atrás para que el Yacimiento Arqueológico de Sa Caleta, incluído dentro del conjunto declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, se convierta definitivamente en un museo. Algo que la consellera d’Educació, Cultura i Patrimoni, Pepita Costa, calificó como «una asignatura pendiente durante varias legislaturas».

De momento y mientras se amplía la zona declarada Bien de Interés Cultural (BIC) o comienza este mismo mes de febrero la rehabilitación de la caserna de militares que acogerá el centro de interpretación, ayer por la mañana se presentó el anteproyecto diseñado conjuntamente por Joan Santacana, profesor de Didáctica de las Ciencias Sociales de la Universitat de Barcelona, y la investigadora de este misma universidad, Irina Grevtsova.

Dicho anteproyecto contará con un presupuesto cercano a los 400.000 euros y según sus creadores «será coherente con los restos arqueológicos de un enclave fenicio prácticamente único en todo el Mediterráneo Oriental y con la importancia ecológica de las praderas de Posidonia que rodean la zona». Y para conseguirlo, Santacana y Grevtsova aseguraron que serán «muy respetuosos» tanto con los valores materiales como inmateriales del yacimiento, es decir, los que hacen referencia «a los recuerdos que provoca el complejo militar en muchos ibicencos».

En este sentido, Santacana aseguró que se llevarán a cabo tres intervenciones dejando el mínimo rastro posible. La primera será de tipo natural paisajístico y permitirá poder disfrutar de algunos lugares del yacimiento sin riesgos para la salud, la segunda será más arquitectónica y cultural y pondrá en valor todo el yacimiento destapando la totalidad de todos los restos, y finalmente, la tercera irá asociada a los sentimientos antes citados.

Itinerario accesible

Concretamente, en la primera de las intervenciones Joan Santacana e Irina Grevtsova han planteado un itinerario, totalmente accesible para personas con movilidad reducida que recorra todo el lugar y en el que se podrán encontrar elementos museográficos de poco impacto ambiental, resistentes al mal tiempo y sobre todo, al vandalismo. En este sentido, tienen intención de colocar cuatro estelas antiguas, elaboradas con piedra artificial y con imagenes y textos; cuatro modulos interactivos con maquetas, secuencias históricas o replicas de objetos, bautizados con el pomposo nombre de estaciones de intepretación didáctica; y varios puntos de observación de los restos arqueológicos al modo más clásico, es decir con placas y textos sobre Sa Caleta de autores conocidos.

El centro de interpretación

Todo este recorrido partirá o terminará en el centro de interpretación del Yacimiento, ubicado en la caserna de militares, y que será una de las joyas de este futuro museo. La intención que se contempla en este anteproyecto es que éste edificio tenga tres partes bien diferenciadas, una primera con una recreación histórica que permita al usuario ponerse en situación de que se encuentra en un poblado fenicio, una segunda dedicada al fondo marino y a la Posidonia con un avanzado sistema audiovisual interactivo, y una tercera con un novedoso sistema de cajas con ruedas, a modo de expositores, donde almacenar colecciones para luego ser mostradas e, incluso, transportadas a centros escolares.

Igualmente, en el anteproyecto también destacan otras dos ideas. En este caso, una Estación de Observación en Altura, construída en madera para estar más integrada en el paisaje, y que servirá para que el visitante pueda contemplar la mayor cantidad posible de extensión del yacimiento, y por último, un recorrido perimetral, en este caso subterráneo, que pretende recorrer todos los bunkers situados junto a la costa. En este caso esta actuación, inspirada en trabajos realizados en Alemania, será austera, casi mínima, sin casi luz artificial, y con paneles informativos en las distintas paredes de las instalaciones militares. Incluso, en el bunker más grande se colocará una maqueta informativa.

Aunque así contado este anteproyecto parezca muy complicado de llevar a cabo, el profesor Joan Santacana aseguró que tiene un plazo de realización muy corto, «de apenas unos cinco o seis meses». Ahora, sólo falta que se apruebe el expediente de contratación y se adjudiquen las obras.