El temporal que ha azotado a las Pitiüses durante los últimos días se ha cebado de manera especial con el sector pesquero. Tal y como ha ocurrido en Formentera, las cofradías ibicencas se han visto obligadas a permanecer en tierra desde el pasado viernes 30 de enero, lo que ha supuesto «pérdidas cuantiosas» para el colectivo. Según las cifras que manejan, sujetas a la variabilidad de este sector, entre las flotas de Vila y Sant Antoni podrían haber dejado de ingresar alrededor de 70.000 euros tras una semana de inactividad. Ambas cofradías creen que a partir del lunes podrán volver a la mar pues las predicciones apuntan a una mejoría del tiempo en la zona.

Reacciones

«Nos ha afectado bastante el temporal», lamenta Pere Valera, portavoz de la cofradía de pescadores de Eivissa, donde las embarcaciones llevan amarradas en puerto desde hace ocho días. «Las pérdidas son incalculables porque la pesca no es una ciencia exacta. Está claro que llevamos toda la semana amarrados y las pérdidas han sido cuantiosas», sostiene. Valera prefirió no dar cifras, pero con una flota de cuatro barcos de arrastre y 35 embarcaciones de artes menores las pérdidas podrían alcanzar los 8.000 euros diarios, según estiman los pescadores.

En Sant Antoni, la fuerza del viento y la mala mar ha impedido a la flota salir a faenar desde el pasado viernes. Veintiséis pescadores trabajan en la costa portmanyina con dos embarcaciones de arrastre y 16 de artes menores.

Como en Eivissa, han aprovechado la semana para llevar a cabo tareas de mantenimiento tales como reparar las redes, sacar a varadero las barcas pequeñas o repasar botiquines, chalecos o los niveles de aceite en los motores. Tampoco les ha cogido por sorpresa el temporal pues como aseguran, el mes de febrero suele ser idóneo para la puesta a punto de sus embarcaciones y aparejos.

Las predicciones indican una leve mejoría de las condiciones metereológicas a partir del lunes, cuando los pescadores de Eivissa confían en regresar a la actividad.