Comparsas y carrozas llenaron de diversión, humor y mensajes críticos y reivindicativos las calles de Sant Josep en una rua de Carnaval en la que participaron unas 600 personas, según cifras facilitadas por el ayuntamiento de la localidad.

Así, la nota más sarcástica la pusieron «Nunca es tarde pa ir al gym», en la que una quincena de amigos de Santa Eulària se disfrazaron de ancianas que, ataviadas con coloridas mallas y chandales, pretendían rebajar su peso siguiendo los pasos marcados por su instructora de fitness al ritmo de las frenéticas canciones que despedía la Abu-Gym, la carroza de estas deportivas abuelas.

Además de animar al personal, su marchosa exhibición les sirvió para llevarse a la postre el premio a la mejor comparsa en la categoría general.

También arrancaron muchas sonrisas, los cuatro componentes de «Autos Locos», especialmente entre aquellos que en su época disfrutaron de esta serie de animación de Hanna-Barbera de los años 60 y 70.

Las notas de humor siguieron con Cocodrilo Dandee, el disfraz de David Baos, que participó en categoría individual. En este caso, algunas malévolas carcajadas se oyeron ante las dificultades que sufría para subir las calles, tratando de reptar con la ayuda de una tabla con cojinetes. «Es peor que la cuesta de enero, es la cuesta de febrero», bromeaba, mientras en los tramos más empinados necesitaba la ayuda de otras personas para lograr finalizar el recorrido.

Las protestas sociales tuvieron su espacio con la Apima del CEIP l’Urgell, que pobló el desfile de decenas de pequeños Robin Hood con una proclama contra la corrupción «Més Robins y menys lladres», consiguiendo además el premio a la mejor carroza escolar.

Las posturas reivindicativas también se hicieron patentes en los más de 100 integrantes de «Amunt les renovables», de la Apima CEIP Can Raspalls. Disfrazados de placas solares la mayoría de adultos -unos pocos iban de electricistas- y de sol los niños, extendieron el grito de «Can Raspalls diu No» en alusión a su rechazo a las prospecciones petrolíferas.

Por su parte, la mejor comparsa escolar, «Es Vedranell en concert», de la Escoleta Es Vedranell, escenificó con grandes dosis de imaginación el amor por la música. Con instrumentos, unas veces de cartón y otras reales, y recuperando el formato cassette para camuflar una legión de carritos de niño.

Por su parte, «Sa Vinya de Sant Jordi», de la Apima CEIP Sant Jordi, rindió homenaje al mundo rural, con vistosos globos verdes y morados que simulaban con gran acierto los racimos de uva de esta peculiar viña.