Unas 400 personas llenaron la iglesia de Sant Antoni, mientras otros esperaban en el exterior. | Sergio Cañizares

No cabía ni un alfiler en la iglesia para despedirse de Alfonso Ribas Prats. Todo Sant Antoni se acercó ayer al templo para dar su último adiós al propietario de Autobuses San Antonio, que falleció repentinamente el pasado 13 de febrero a los 64 años de edad a causa de un ataque de corazón durante un viaje familiar a Colombia.

El funeral, que estaba previsto a las 16:30 horas aunque se inició con unos 20 minutos de retraso, congregó a unas 500 personas que, al finalizar la ceremonia, desfilaron solemnemente para darle el pésame a su esposa, su hija, hermanos y otros familiares.

El dolor por la pérdida, las cualidades humanas del difunto y la aflicción añadida por el proceso de repatriación del cadáver fueron los comentarios más escuchados entre los asistentes.

Durante la mañana, el velatorio de Pompas Fúnebres también recibió la visita de una multitud de personas, entre ellas algunas autoridades como el presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Serra, o el senador por las Pitiüses y candidato a la alcaldía de Sant Antoni, José Sala.

El desaparecido empresario ibicenco, además de propietario de Autobuses San Antonio, era presidente de la patronal de transporte Apebus y dueño de un establecimiento de comestibles emblemático de Sant Antoni.