Los miembros de la Associació de Cartaginesos i Romans fueron de los más divertidos. | Sergio Cañizares

Con cerca de tres cuartos de hora de retraso sobre el horario previsto de las cinco de la tarde la imaginación y la alegría con la que desfilaron los participantes en la rua de Carnaval de Sant Antoni se convirtió ayer en el mejor antídoto posible contra el frío que soportaron los cientos de personas que poblaron las calles de la localidad.

Precisamente las bajas temperaturas, el viento y el mal tiempo, incluso muchos temieron que la lluvia volviera a aguar la fiesta como el martes pasado, provocó que muchos vecinos prefirieran quedarse en su casa en lugar de presenciar como desfilaban abejas, mexicanos, deportistas ‘frikis’, superhéroes, piratas, personajes de dibujos animados, ratones, brujas, jugadores de fútbol americano y sus correspondientes animadoras, músicos o militares.

Sin embargo, una vez más llamó la atención la demostración de ingenio y medios que mostraron algunos de los colegios del municipio de Sant Antoni superándose un poco más cada año que pasa.

Muy buen nivel de los colegios

Por ejemplo, gustó mucho al público La Cantina del colegio de Can Bonet, con casi una centena de representantes, entre alumnos, madres y profesores, vestidos de mexicanos, y dos carrozas, una de ellas decorada a la perfección como si fuera una tasca mexicana y en la que viajaba incluso la pintora Frida Kahlo haciendo uno de sus cuadros.

Tampoco se quedaron atrás los piratas de Can Coix. Resultaron impresionantes sus tres carrozas, sobre todo el barco pirata y la cantina donde se amables taberneras servían ron Jack Sparrasec. Sólo chirrío un poco que, con tanto despliegue y tanto detalle, incluyendo un cañón, un tesoro y un grupo de piratas que parecían salidos de la película de Hollywood, prácticamente todos sus trajes fueran iguales.

Del resto de colegios participantes también gustaron mucho a los vecinos los superhéroes del colegio Guillem de Montgrí, entre los que desfilaron un amplio grupo de Linternas Verdes, Increíbles, ‘Batmanes’, incluyendo un Batmóvil, y Supermanes junto a su cabina de teléfonos, y el medio centenar de jugadores de fútbol americano y sus admiradoras que formaban parte de La Super Bowl de la Santísima Trinidad y que llevaban además una de las carrozas más elaboradas y un divertido trenecito para desplazar a sus jugadores más pequeños.

Los más originales

Igualmente, destacaron por su originalidad la comparsa Eureka del colegio público de Sant Antoni y cuyos participantes iban de bombillas, con disfraces elaborados a la antigua usanza con cartón y papel de plata, y la comparsa Las Cuatro Estaciones de Vivaldi, del colegio Buscastell. Su «homenaje musical al mundo y a la vida» dejó muy buen sabor de boca, sobre todo por sus disfraces y su carroza, que aunque pequeña albergaba en su interior al propio compositor italiano junto a un grupo de pequeños músicos.

Por originalidad también destacaron los taxis pirata de la Associació de Cartaginesos i Romanos y que tan buena impresión dejaron en Eivissa; el grupo de amigos que desfilaron como la serie de animación de Hanna-Barbera, Los Autos Locos, y entre los que marchaba Penélope Glamour y su Compact Pussycat, o Pierre Nodoyuna a los mandos de su Súper Perrari; los cavernicolas troglotitas; los ratones club social; el trío formado por dos geishas y un samurai; y sobre todo, los dos Pantojos de Eivissa que, vestidos de sevillanas y con una pequeña cárcel, dejaron claro que el humor es siempre la mejor terapia contra el frío.