Hoteleros y administraciones proponen una desestacionalización «por zonas». | Marilina Costa/ Armando Tur Molina

Administraciones y hoteleros trabajan en un plan conjunto para que Eivissa se desestacionalice «por zonas» a partir del año que viene. En este sentido, la consellera de Turismo, Carmen Ferrer, apuntó ayer que se podría concentrar la oferta de fuera de temporada en algunas zonas que «por su tipología y el producto que ofrecen pueden estar abiertas todo el año» para no acabar «vendiendo una isla cerrada».

Además, Ferrer se marcó una fecha, abril de 2016, para que la isla se encuentre en temporada alta, con una ocupación que podría rozar el lleno ya en el mes de mayo. «Tenemos la sensación de que es posible, hay que convertirlo en realidad», sentenció Ferrer, quien a su vez recordó que es ahora, antes de verano, cuando muchos turoperadores cierran la oferta de cara a la temporada que viene.

Es por ello que ayer por la mañana ya se pudo cerrar algún acuerdo concreto. Es el caso del vuelo Ibiza-Tel Aviv que la compañía israelí Akia comenzará a comercializar a partir del próximo 13 de julio. Según Ferrer, en una reunión mantenida anteayer, se consiguió que este vuelo «empiece a operar en abril durante la temporada 2016».

Formentera

Por su parte, la delegación de Formentera también mantuvo diversas reuniones con turoperadores durante la primera jornada de la ITB. La consellera de Turismo, Alejandra Ferrer, se congratulaba al asegurar que Formentera tendría «mejor ocupación en cómputo global que el año pasado», en parte impulsada por la mejora que se espera del mercado alemán que «crece en todas las islas». Pese a ello, Ferrer recordó que el alemán es todavía el tercer mercado en Formentera, muy por detrás del italiano o el nacional.

Formentera, al igual que ya hizo en Fitur, apuesta por la desestacionalización a través del turismo de naturaleza y tranquilidad, una combinación que según Ferrer resulta «muy atractiva» para el mercado alemán, es por ello que desde la pitiusa menor se han marcado el objetivo de convencer a los turoperadores para que «den el salto a islas más pequeñas», ofreciendo un producto que, sobre todo, pretende «diferenciarse de Mallorca».