Luis Cros duda de que la radioterapia se ponga en marcha este mismo año. | Toni Escobar

A pesar de su aparente fragilidad física, el dermatólogo Luis Cros Trujillo (Barcelona, 1943) ha sido de las personas más batalladoras para que Eivissa cuente con servicio de radioterapia. Y asegura que no parará hasta conseguirlo.

—¿Por qué en marzo de 2015 todavía no se ofrece la radioterapia en Eivissa?

—La UTE (Unión Temporal de Empresas) de Juaneda, a la que finalmente le han adjudicado la radioterapia, reclamó porque en un principio se la dieron al IMO después de que la mesa de contratación se reuniera diez veces, lo nunca visto. ¿Cosas que no entiendo? Si el precio de salida es 17.600.000 de euros y al final rebajan a 13.400.000, un 22% menos, y se la dan a una empresa que tuvo que hacer una ampliación de capital para pagar a sus empleados según publicó Última Hora Mallorca en febrero, pues a mí esta empresa no me da la solvencia necesaria para dar este servicio.

—¿Le ha sorprendido que la Clínica Juaneda sea la adjudicataria de la radioterapia en Eivissa?

—No. Fui a un programa de radio y les dije que me dieran un sobre donde escribir el nombre de la empresa a la que yo creía que le iban a adjudicar el servicio. Al día siguiente de la adjudicación abrieron el sobre y ahí estaba el nombre de Juaneda. Ninguna sorpresa. ¿Por qué insistían en esta empresa? No lo sé, pero lo dije hace tiempo: esto será el caballo de Troya de otras privatizaciones en el nuevo Hospital de Can Misses como los servicios centrales, radiología, laboratorio...

—El Govern no para de repetir que tendrá los mismos parámetros de calidad que Son Espases. ¿Se lo cree?

—El primer parámetro de igualdad tendría que ser que el servicio de radioterapia fuera público. ¿Por qué lo han privatizado?

—Lo justificaron por la situación económica de hace cuatro años.

—Veremos lo que cuesta. Estamos hablando de 13 millones para montar dos servicios de radioterapia: uno en Menorca y el otro aquí. En Menorca tienen que hacer el búnker, tienen que comprar el acelerador, el TAC y demás aparatos para que funcione. En cuanto al personal he calculado que, como mínimo, tienen que ser seis personas en cada unidad y tienen que hacer un pago de 800.000 euros de fianza. A mí no me salen los números. Si empresas de solvencia españolas ya no se presentaron porque decían que con 17 millones ya no les salían los números, ¿les van a salir con 13?

—Esto es lo que le iba a preguntar: ¿por qué sólo se presentaron dos empresas al concurso?

—Porque no les salen los números. La misma Policlínica hizo un estudio y vio que era inviable. ¿Qué intereses espurios hay? No los sé, pero me los puedo imaginar: ‘ahora te damos esto y luego te damos más cosas’. Este es el caballo de Troya, bajo mi punto de vista.

—La empresa tiene seis meses para poner en marcha el servicio. ¿Cree que lo conseguirán?

—No. El búnker tiene deficiencias importantes. Cuando hubo las lluvias de septiembre con las famosas cataratas de la central energética, el búnker se inundó porque se filtró agua del subsuelo. El búnker tiene que estar hecho con un hormigón baritado y, con la información que yo tengo a través de unos planos, sé que el suelo no está baritado. Esto se tiene que arreglar. Y si se tiene que hacer un suelo nuevo, ¿cómo quedarán las juntas del suelo con las paredes? ¿Serán permeables a las radiaciones? No lo sé.

—Cuando el conseller Sansaloni vino a anunciar la adjudicación los periodistas le preguntamos por el estado del búnker y dijo que era del mismo tipo que el que hay en Son Espases y que estaba en condiciones para que la empresa pueda instalar su maquinaria. ¿No se lo cree?

—No es que no me lo crea, es que es mentira. Para hacer el búnker necesitas saber qué maquinaria instalarás y eso no se sabe todavía. En cuanto a las revisiones, primero tiene que venir la dirección general de Indústria del Govern. Si esta revisión es positiva, tendrá que venir el Consejo de Seguridad Nuclear para dictaminar que el búnker está en condiciones operativas y, por último, cuando la máquina esté instalada, para ver que todo funciona correctamente. Las dos revisiones tardarán tres meses cada una. ¿Te salen los números? Le han pasado un marrón al que vendrá... y ¡ojo!: la adjudicación no está firmada, porque existe el plazo de un mes para reclamar y que pueda impugnarse. Desde mi punto de vista hay suficientes motivos para que este concurso no sea válido.

—¿A pesar de que el Tribunal Central de Recursos haya dictado sentencia?

—Sí. Sansaloni nos dijo que la adjudicación tenía que llevarse a cabo en un máximo de dos meses desde la apertura de los sobres. Esto no se ha cumplido. Después, la empresa adjudicataria tiene que tener una acreditación para poder tener este tipo de concesión, por decirlo de alguna manera. En julio de 2014 salió en el BOIB una futura modificación de los requisitos de la acreditación sanitaria balear. ¿Qué quiere decir esto? Que ahora todavía está vigente que se necesita tener la acreditación, pero en un futuro quieren quitarlo. Y la Clínica Juaneda no tiene este requisito.

—¿Habrá radioterapia en Eivissa en 2015?

—Irá justo. Estamos en un camino sin retorno, la radioterapia se ofrecerá por narices. Que ahora digan que gracias al PP tenemos radioterapia no es así; si hay radioterapia es porque el pueblo te ha dicho que o montas la radioterapia o te vas a la mierda, esta es la realidad. Me preocupa que la gente piense que estoy en contra de la radioterapia; yo estoy en contra de que esté mal hecho y sin las condiciones de solvencia y seguridad.

—¿Hay motivos para estar preocupados?

—Por mucho que quieran meter la pata no podrán porque hay unos estamentos por encima que lo controlarán. Me gustaría que quedara claro que si se pone en marcha es porque es segura. Pero a mí que no me vengan con historias de que Son Espases controlará el servicio de radioterapia de Can Misses, porque la empresa privada hará lo que le salga de los morros.

—¿Cuánto cobra en dietas un enfermo de cáncer que tiene que desplazarse fuera de las Pitiüses para recibir tratamiento?

—[En tono irónico] Ahora ya está arreglado, las han subido a 17 euros para desayuno, comida, merienda, cena, transporte y alojamiento y con un retraso en el pago de dos años. Hay gente que se ha muerto y aún no han cobrado, cuando nuestros diputados cobran 170 euros. Esto es infumable. El avión hacia Palma de los lunes por la mañana y el que vuelve los viernes por la noche es como una ambulancia, son enfermos que han ido a tratarse y han sobrevivido con este dinero. Es una vergüenza.

—Hace una semana no fueron a recoger el premio Ramon Llull. ¿Por qué no lo aceptaron?

—No lo aceptamos porque pensamos que no se habían cumplido las condiciones por las que nosotros luchamos, que era la consecución de la radioterapia. La respuesta de la gente en las redes sociales y en los medios de comunicación es que hicimos lo que teníamos que hacer.

—La que sí que fue a recogerlo fue Teresa Martorell, presidenta de la AECC en Balears.

—Yo ya dije que ella iría a recogerlo. Por un lado, y por esto se hizo, era darle una bofetada al Govern del señor Bauzá por la multitud de mentiras. Que nos den este premio a un montón de asociaciones y que te digan que no lo quieren... Ellos tiraron mano de los amigos y amigas: ‘Teresa, tú ven aquí a recoger el premio’. Cuando vino aquí el conseller Sansaloni le faltó poco para decirnos que fuéramos a recoger el premio; si lo hubiera dicho, nos lo comemos. A mí ya me habría gustado ponerme el traje, la corbata e ir a recoger el premio con más prestigio de Balears, pero en estas condiciones no puede ser.

—¿Les han contestado a su petición de dimisión?

—No, nos hemos planteado diez días para tener una respuesta. Cuando no la tengamos, que no la vamos a tener, tomaremos una decisión.

—Estar en la misma situación que esta mujer, ¿le crea malestar? ¿Se plantea marcharse de la Asociación Española Contra el Cáncer?

—Yo, personalmente, si no tengo una respuesta sobre esta mujer me iré. Mi lucha por la radioterapia continuará hasta que se abran las puertas de este servicio. Creo que tengo suficiente personalidad para que si digo una cosa se tenga en consideración mi opinión, pero a lo que no estoy dispuesto es a reírle las gracias a una persona que dijo que no era necesaria la radioterapia en Eivissa. Nos dieron el premio para que nos calláramos, para dar un caramelo a un tonto. Y ni hay caramelo ni somos tontos.