Sant Josep vivió ayer su día grande. No faltó de nada, misa, procesión, ball pagès, y el toque folclórico con la participación del grupo Elai Alai y Sa Colla de Sant Josep de Sa Talaia.

Molts anys i bons. Esta, junto «a ver si no llueve» y «que frío hace», fueron las tres frases más escuchadas ayer en los alrededores de la iglesia de Sant Josep durante la celebración del día grande de la localidad. Un día grande que afortunadamente fue respetado por la lluvia, permitiendo así que los cientos de vecinos que acudieron a la cita disfrutaran con una magnífica conexión folclórica entre sa Colla de Sant Josep de Sa Talaia y el grupo vasco de danzas Elai Alai, llegados desde Portugalete.

Y es que aunque muchos de los presentes ya conocían de sobra sa llarga o sa curta, los pasos más característicos del ball pagès, fue una agradable sorpresa ver la pericia de la treintena de miembros de este grupo de Euskadi al interpretar danzas típicas de Bizkaia como las jotas arin arin (rápido rápido en euskera), la soka dantza vizcaina, la ezpata dantzak de Durango, un baile de mucha fuerza e interpretado sólo por hombres, o la arku dantzak, cuyas bailarinas son sólo mujeres.

Misa de más de una hora

El resto de la celebración siguió por sus cauces habituales. Por ejemplo, la misa, en esta ocasión sin el obispo de Eivissa y Formentera, Vicente Juan Segura, se prolongó durante algo más de una hora ante el nerviosismo de muchos presentes que temían que empezara a llover antes de que comenzara la procesión y de los balladors de la colla de Sant Josep que temían por su integridad física si el suelo de la plaza se encharcaba.

Después, la procesión, formada por una decena de imágenes, la última la del patrón del pueblo, Sant Josep portada por cuatro miembros de la colla, desfiló ante el incesante sonido de las campanas por las calles de la localidad. Durante la marcha, lo que más llamó la atención a los vecinos fue la masiva presencia de políticos, de los alcaldes sólo faltaba el primer edil de Sant Joan, Antoni Mari Mari, Carraca, y el desfile, tras los balladors y sonadors locales, de los miembros del Elai Alai con sus trajes tradicionales.

Tras dejar las imágenes en el templo, llegaron algunos de los momentos más esperados en estas celebraciones. Por un lado, la demostración de folklore y por otro el tradicional reparto de postres típicos de Eivissa junto al porrón de vi pagès. Hubo para todos, en grandes cantidades, pero por si alguien se hubiera quedado con ganas los bares de la localidad se preparaban ya para el correbars que se celebra mañana a desde las 20,00 horas. Un ambiente impecable cuyo único lunar fue la anulación de los fuegos artificiales que se trasladaron hasta el sábado día 28 a las 00,00 horas.