Decenas de crespones negros, incluyendo los que iban colgados del estandarte y de la la imagen de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, marcharon ayer por las calles de Vila durante la procesión de la cofradía del mismo nombre. Y todo porque los 24 encargados de portar la talla decidieron rendir un merecido homenaje a su expresidente, Vicente Tur Rosselló, y a Jordi Ruiz, hijo de un miembro de la cofradía, ámbos fallecidos recientemente, y a las víctimas del accidente aéreo de la compañía Germanwings en el que perdieron la vida 150 personas.

Por lo demás, la procesión de la que era hasta hace pocos días la cofradía más joven de la Semana Santa de Vila, antes de que la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Cautivo de Eivissa se convirtiera en la séptima de la ciudad, discurrió según lo previsto. La misa comenzó a las ocho de la tarde y tres cuartos de hora después aparecieron los primeros cofrades vestidos completamente de morado ante una gran expectación.

Minutos después llegó uno de los momentos más emblemáticos de la Semana Santa de Eivissa, el instante en el que un representante de la cofradía tiene que desatornillar y atornillar uno de los listones de la cruz para que la enorme imagen pueda salir por la puerta de la iglesia. Fue el preludio de la primera alzada de la jornada, bajo las tonadas del himno de España intrerpretado por la Agrupación Musical Nuestra Señora de los Dolores, y de un emotivo minuto de silencio en honor a Jordi.

Instantes después comenzó la larga procesión que cubre el trayecto que lleva desde la iglesia del Roser, junto a la Avenida de la Paz, hasta la Catedral, en Dalt Vila. Algo que no es nada sencillo, ya que además del peso de la talla de Nuestro Jesús del Gran Poder, su enorme tamaño hace que los cofrades tengan que tirar de habilidad en cada curva. Afortunadamente, la comitiva, compuesta por una treintena de miembros de la agrupación, los portadores de la imagen, el párroco de la iglesia, Francesc Torres Peters, la banda de música y los curiosos que no se quedaron por el camino, llegó a su destino sin contratiempos, dejando que la imagen descansará antes de que hoy procesionara por Sant Joan, fiel a la tradición que tiene esta cofradía de visitar cada año una parroquia de la isla.