Imagen de archivo de una fiesta en el catamaran Ibiza Sea Party. | ESTEVE FRANQUESA

El reglamento que desarrolla la Ley Turística recoge que los party boats, es decir, las embarcaciones que hagan fiestas en el mar deberán cumplir (además de los requisitos marcados por la Ordenación del Transporte Marítimo de Balears) con las exigencias que deben asumir los restaurantes y discotecas en tierra. Además, la empresa que desarrolle la actividad deberá inscribirse en un registro turístico y deberán presentar una declaración responsable de inicio de actividad a la administración turística competente en ordenación turística que en el caso de las Pitiüses son los consells. Para Eivissa, se trata de un avance en la regulación de una actividad turística que ya existe, pero para Formentera es insuficiente y «falsa».

El presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Serra, apostó por mantener esta actividad turística «mientras haya un equlibrio entre lo que se ofrece y las consecuencias y para esto hacía falta un control que nunca se había llegado a definir. Con este reglamento tenemos un instrumento más para acotar y regular los party boats y esto es positivo». En esta misma línea se expresó la titular de Turisme de Eivissa, Carmen Ferrer, quien aseguró que estas embarcaciones deberán cumplir las mismas exigencias en seguridad alimentaria, aforo y sanidad que los establecimientos en tierra. «Tienen que cumplir los mismos requisitos que los restaurantes y discotecas que ejercen su actividad en tierra. Por ejemplo, sanidad, seguridad alimentaria, control de aforo y requisitos de ruido. Las mismas exigencias que hay en tierra se deben dar en el mar porque no es justo que haya una deslealtad respecto a las actividades que se dan en tierra», afirmó Ferrer, quien precisó que la «tendencia» es «equiparar las exigencias a las de restaurantes y discotecas».

Por su parte, la consellera de Medi Ambient de Formentera, Sílvia Tur, la regulación de este producto turístico «se limita a un artículo dentro de un decreto que tiene que ver con la clasificación de empresas turísticas y que no tiene más de 12 líneas». Y añadió: «Las condiciones que se establecen no son las adecuadas y la regulación a un mes de las elecciones es falsa ya que establece una analogía con las discotecas en suelo urbano que no existe y sólo pretende realizar un registro de empresas».

Tur recordó, además, que las fiestas en embarcaciones con música causan una perturbación muy importante en la tranquilidad de las playas y la costa de Formentera y son una amenaza para el modelo turístico que defendemos». En este sentido apuntó que todos los partidos votaron por unanimidad prohibir este producto turístico en el litoral de Formentera. La titular de Medi Ambient en la pitiusa menor lamentó que este reglamento «se olvide de la voluntad de Formentera», isla que el decreto convierte «en la pista de baile de Eivissa», concluyó.