The New York Times ilustra el artículo con una de las calas de Platges de Comte.

El diaro The New York Times dedica en su sección de viajes un artículo sobre Eivissa bajo el título ‘On Ibiza’s quiet side, seafood shacks and deserted coves’.

Aunque empieza haciendo una introducción sobre la fama que tiene la isla por las discotecas, el turismo joven y las escenas que protagonizan los famosos en verano, la autora del artículo, Shivani Vora, explica que el viaje que realizó a Eivissa en el mes de septiembre, no era para hablar de su «ritmo frenético», sino para «desenterrar el ritmo sereno».

Reconoce que llegó con «escepticismo» pero lo que vio fue «muy diferente a lo que había leído en la prensa rosa» y se encontró una Eivissa de «playas de aguas cristalinas, mariscadas, un paisaje verde salpicado de pequeños pueblos y calas desiertas».

La escritora hace un recorrido por diferentes puntos de la isla, como Dalt Vila («un conjunto de callejuelas encerradas en las murallas del siglo XVI, que fueron construidas para proteger la ciudad»), el pueblo de Sant Josep («tan atractivo como Dalt Vila, pero con una sensibilidad diferente») o un viaje en coche por las «carreteras montañosas con bosques de pinos, olivos y campos de tierra roja».

Shivani Vora recomienda como alojamientos el Mirador de Dalt Vila o el hotel rural Es Cucons, y para comer aconseja el Beso Beach, en Formentera, y el Destino (Sant Josep). Además, en ‘cosas que hacer’ anima a caminar por el casco antiguo de Eivissa y descubrir esta ciudad Patrimonio de la Humanidad, así como visitar la galería de arte Parra & Romero, en Santa Gertrudis.