Miquel Vericad, en su despacho de la tercera planta del Consell d’Eivissa. | DE

El inicio de la legislatura para Miguel Vericad Marcuello (Jaca, Huesca, 1969) ha sido tan ajetreado que todavía no ha tenido tiempo de encender el ordenador de su despacho. El nuevo conseller de Medi Ambient asegura tener muchos frentes abiertos. En esta entrevista repasa algunos de los más importantes.

—¿Cómo se explica que haya habido tantos incendios en pocos días? ¿Qué explicación le encuentra?
—Vivimos en un lugar de alto riesgo de incendios forestales. Es como si toda Eivissa viviese en Suiza, en una área reducida con peligro de aludes. Cuando hay un gran incendio siempre se despierta la preocupación de la gente, las teorías conspiratorias, pero tenemos que pensar que, desgraciadamente, vivimos en una normalidad que no tendría que ser tanta. Nuestra intención es presionar para que se destinen los medios adecuados.

—El abandono del campo también favorece la aparición de más bosques. ¿Puede el Consell hacer alguna cosa para que los ibicencos vuelvan a trabajar el campo?
—Por supuesto. Uno de los problemas estructurales que tiene el campo ibicenco es que la extensión de las fincas hace que no sean rentables económicamente sin estar subvencionadas. Cuando un propietario quiere ampliar su explotación no puede porque el suelo rústico es edificable y su precio está hinchado artificialmente y lo convierte, prácticamente, en un falso suelo urbano relacionado con la edificación de viviendas de lujo. A través del grupo local Leader, se está trabajando para favorecer el cultivo de bancales y sirvan de fajas naturales contraincendios. También tendremos que abordar los usos impropios en suelo rústico, pero estamos barajando si esto será a nivel de Govern o de Consell.

—La sobreexplotación de los acuíferos y su salinización es uno de los graves problemas que tienes la isla. ¿Tiene remedio?
—Tiene remedio, pero un mal remedio. Se está instando a las instituciones que tienen competencias a tomar unas medidas de urgencia relacionadas con los acuíferos y el ciclo integrado del agua, que incluye la depuración, desalinización y suministro.

—¿Qué medidas de emergencia?
—Somos conscientes del problema de sequía que padecemos y estamos intentando impulsar que el Govern balear establezca los mecanismos para un decreto de sequía que nos permitiría abordar obras de emergencia y acelerar el cierre del anillo hidráulico. Entendemos que afecta a amplias capas de la población, que es una de las condiciones, y pensamos que tenemos suficientes datos técnicos que acreditan la necesidad hacer un decreto de sequía que tiene que estar respaldado por un Consejo de Ministros. También nos permitiría recibir una financiación extraordinaria por parte del Gobierno central.

—¿Eivissa tiene suficientes recursos naturales para crecer más?
—Es evidente que no. He tenido alguna entrevista informal con gente del ocio, del turismo y de la construcción en los que ya existe un consenso de que Eivissa está en un punto crítico de no retorno. Hay que establecer un nuevo consenso social que no cambie con los gobiernos y podamos funcionar como isla.

—Hace años que Vila necesita una nueva depuradora. ¿Sigue en pie su ubicación en sa Coma?
—Esta decisión no está en nuestras manos y todavía no tenemos toda la información necesaria para saber si podemos influir de alguna forma. Tampoco sabemos cómo de avanzado está el proyecto.

—¿Cuándo se construirá la planta de triaje en Ca na Putxa?
—Hay problemas contractuales de una enorme complejidad. la intención es que a lo largo de este año se acabe de formalizar el contrato con la UTE del vertedero. Si todo va bien, esperamos que para el 2018 esté construida.

—¿Se han planteado llevar los residuos a la incineradora de Son Reus?
—No, nunca. Por motivos de coste sobre todo.