Paris Hilton hace las delicias del público durante la sesión musical. Foto: ARGUIÑE ESCANDÓN

Algunos no medían ni un metro de estatura y otros no llegaban a la ventanilla donde se compran las entradas. De hecho, era curioso, y algo chocante, leer por encima de sus cabezas el cartel de ‘prohibida la entrada a menores de 18 años’. Pero a pesar de todo eso, los niños han sido los protagonistas de esta fiesta de la espuma de Paris Hilton.

Una buena causa reunió a padres e hijos en la discoteca Amnesia, donde ayer sábado se llevó a cabo un evento solidario en beneficio de Apneef. Todo el dinero recaudado de las entradas iría destinado a la ONG pitiusa, como ya lleva haciéndose desde hace ocho años. Claro que esta última edición contaba con una anfitriona muy especial, la aclamada y vitoreada por todos los asistentes, Paris Hilton, que esta vez pinchó delante de un público muy diferente. «Cuando era pequeña siempre quise ir a una discoteca o a una fiesta de la espuma, así que creo que estos niños son muy afortunados», dijo.

«Ésta es mi primera fiesta de Foam and Diamonds Kids y estoy muy emocionada. Tengo un espíritu muy infantil, me encantan los niños y cuando me enteré que todos los años estaban haciendo una fiesta para ellos me dije a mí misma que tenía que ser DJ en esa celebración. Además, donamos el salario que ganamos hoy, con lo cual contribuimos también a la causa de Apneef», añadía la Hilton, caracterizada con orejas de gato y gafas de corazones.

Amnesia se preparó como si de una noche más se tratara y mostró su cara más infantil hacia un público que recibió enloquecido la fiesta. No faltaron los efectos de humo y luces, aunque a estos se sumaron también los globos y las proyecciones de películas de Disney. Mientras todo esto ocurría en una sala, la contigua contó con castillos hinchables, magos y personajes disfrazados, entre los que estaba el payaso ibicenco que no se pierde una fiesta, Piruleto.

Niños y padres fueron los protagonistas de esta fiesta benéfica, por lo que no extrañó ver Amnesia plagada de pañales, chupetes y carritos de bebés. Como si de una gran fiesta de cumpleaños se tratase, bailaron y cantaron canciones con las que se sentían totalmente identificados como Happy. La locura se desató con la llegada de Paris Hilton, que venía acompañada por un séquito de niñas que llevaban puesta su colección de ropa diseñada para kids, con la que todos querían fotografiarse.

Como no podía ser de otra manera, la fiesta finalizó no mucho más tarde de las 21.30 horas y con una buena dosis de espuma, para la cual todos estaban preparados, equipados con sus bañadores y gafas de buceo. Fue un día en el que todos jugaron a ser mayores.