La empresa Ingenia en su planta de biomasa en Santa Eulària.

Desde hace años, ingenieros del entorno industrial, energético, forestal y agrónomo así como expertos en estudios de impacto ambiental, gestión de residuos y sostenibilidad energética advierten de los beneficios que comporta la biomasa para la isla de Eivissa.

Hace cuatro años, tras el terrible incendio que calcinó la sierra de Morna, en el término municipal de Sant Joan, estos mismos especialistas insistieron en la idea de modificar el modelo energético de la isla por otro sostenible y renovable, sacando de los bosques el combustible necesario para producir energía eléctrica por medio de una o varias centrales de biomasa. Empresas como Ingenia Ambient & Natura arrancaron entonces su andadura en la planificación forestal de Eivissa y Formentera con el objetivo de producir energías renovables junto a la prevención de incendios forestales aplicando las directrices de la gestión forestal sostenible.

Jacinto Valderrama, responsable de esta pequeña compañía afincada en Santa Eulària, admite que en Eivissa se buscan fincas donde llevar a cabo una limpieza forestal para producir energía mediante biomasa y prevenir incendios. Aunque reconoce que su negocio busca la rentabilidad económica, el ingeniero sostiene que «se promueve la limpieza de los bosques y abre un sector económico» ya que además de los técnicos e ingenieros que aportan estas empresas «se genera trabajo de manera indirecta a empresas de transportes y forestales». El otro gran beneficio, apunta Valderrama, es el medioambiental: «Además de prevenir incendios, evita que se quemen energías fósiles como el gasoil». Según la tabla de conversión que manejan estos expertos, a día de hoy y anualmente «se evita el consumo de 303.217 litros de diesel que han sido sustituidos por biomasa cien por cien ibicenca». Desde Ingenia recuerdan que las instalaciones hoteleras en Eivissa pueden llegar a ahorrar «más del 20% en su factura energética» instalando sistemas de calefacción, aire acondicionado y agua caliente a partir de biomasa. «Reduce la contaminación atmosférica, crea puestos de trabajo locales y ayuda al medioambiente», insiste Valderrama, quien añade que consumir biomasa local «garantiza el futuro» de la isla. «Para producir en biomasa el equivalente energético a 1 litro de gasóleo, Ingenia emite un 95% menos de CO2 que la industria del petróleo», subraya. Por otra parte, la empresa ibicenca prevé un consumo de 700.000 kilogramos de biomasa natural de pino de cara al invierno, «el equivalente a 234.000 litros de gasóleo».

El proceso

Las empresas que trabajan con biomasa (restos de poda y de tala triturados) trabajan en parcelas donde hay pinares con una elevada densidad. Tras desbrozar y talar las ramas sobrantes de estos pinos se transportan a la planta de transformación, donde toda esa madera se convierte en pequeñas astillas que posteriormente permitirán el funcionamiento de las calderas de biomasa. Para Valderrama, se trata de un «proyecto sostenible y muy bonito» para la isla de Eivissa, donde «con muy pocas hectáreas que limpiásemos al año podríamos abastecer todas las calderas de Eivissa», una isla que, para el experto, «puede llegar a ser autónoma en materia de generación de combustible, en vez de comprar diesel y quemarlo».

Aunque estas instalaciones requieren de una inversión inicial mayor, los costes anuales de producción se reducen en un 30% según los cálculos que manejan los expertos en la materia.

Otro gran defensor de este modelo energético, respetuoso con el medio ambiente, es el regidor de Guanyem en el Ayuntamiento de Sant Joan, Gianandrea di Terlizzi, quien ya apuntaba en 2011 la necesidad de producir a partir de la biomasa poniendo como ejemplo a Alemania, «un país con un tejido industrial enorme que tiene grandes necesidades energéticas y que ha basado su futuro energético en las centrales eléctricas de biomasa, en la energía solar y en la eólica para sustituir a la peligrosa energía atómica».

Hoy, cuatro años después de aquella catástrofe, la biomasa ya funciona en instalaciones municipales de Sant Joan y Sant Josep, incluso en las del Consell d’Eivissa, que en agosto de 2014 invirtió en una caldera de este combustible para la piscina de es Raspallar. No obstante, queda un largo camino para hacer de Eivissa una isla 100% sostenible.