Este sábado cientos de habitantes de Logroño descubrieron que en Eivissa hay mucho más que fiesta, desenfreno y discotecas. Fue gracias a la participación de la Colla de Sant Jordi en una nueva edición del festival folclórico Nieves Sáinz de Aja que se celebró en el Paseo del Espolón de Logroño.

Este encuentro se celebra en plenas fiestas de San Mateo como homenaje a Nieves Sáinz de Aja, exconcejala de Logroño y fallecida en el año 2012, y con los años se ha convertido en uno de los actos más relevantes del programa de fiestas y en uno de los festivales más importantes de España. Ha tenido ediciones nacionales e internacionales y en él han participado de agrupaciones de reconocido prestigio tanto de nuestro país como del extranjero.

En esta ocasión, junto a los anfitriones del Grupo de Danzas de Logroño, actuaron como invitados el Grupo Al-Andalus de Aguilar de la Frontera, en Córdoba, y la Colla de Sant Jordi de Eivissa.
La representación ibicenca que viajó hasta la capital riojana estuvo formada por unos treinta miembros del grupo, quienes tras realizar un desfile junto a las otras dos formaciones por la Plaza del Ayuntamiento, la avenida de la Paz, el Muro de Cervantes y el Muro del Carmen, actuaron en el céntrico paseo del Espolón ante varios centenares de personas.

Explicación y baile

Allí, la Colla de Sant Jordi realizó una demostración con los distintos bailes típicos ibicencos de algo más de media hora. Además, los representantes de la Colla de Sant Jordi de ses Salines explicaron a todos los asistentes los instrumentos tradicionales pitiusos, las joyas o los trajes, tanto de hombre como de mujer, e incluso, ellas se levantaron las enaguas. Precisamente, esto último, con permiso del ball pagès, fue de lo que más sorprendió a los riojanos.

Esta actuación en el festival folclórico Nieves Sáinz de Aja está incluido en un intercambio cultural que se completará el día de Sant Jordi del año que viene, cuando el Grupo de Danzas de Logroño devuelva visita. Entonces, será un buen momento para que en Eivissa descubramos que Logroño es mucho más que vino y la famosa calle Laurel.