Imagen del primero de los tres depósitos donde se tratan las aguas residuales, de un color marrón intenso. | Toni Escobar

El colapso que han sufrido este verano las depuradoras de Vila y de Santa Eulària, motivado por la llegada masiva de turistas y por las deficiencias de ambas estaciones, ha trasladado el problema de los malos olores a Sant Antoni, donde se ubica la instalación de tratamiento de aguas residuales más moderna de la isla.

Desde el mes de julio se suceden las denuncias por el hedor que desprenden los lodos de la planta depuradora situada entre ses Païsses y Benimussa, sobre todo en los días de calor o los que suceden a lluvias intensas. Así lo corroboró ayer uno de los inquilinos de la finca adyacente a la estación.

Según este testigo, que procede del norte de Europa y que alquila cada verano la parcela, «cuando hace calor huele muy fuerte». «En mayo y junio apenas olía, pero desde julio hay muchas molestias por el olor. Conozco bien al dueño y ya me había avisado de esto», detalló ayer el vecino a este periódico, que comprobó en primera persona el ‘aroma’ que desprende la depuradora. Una tufarada que se acentúa cuando sopla el viento.

Pablo Valdés

Como es tendencia en los últimos meses, redes sociales como Facebook se han convertido en el principal buzón de quejas y sugerencias de las administraciones locales. A mediados de este mes arreciaron las críticas por malos olores en las cercanías de la depuradora tras la denuncia de un vecino: «¡Pasan y pasan los días y la depuradora cada vez apesta más! ¡Es insoportable el olor que desprende! No sé si alguien del ayuntamiento está al tanto de esto, pero me gustaría que se le pusiera remedio». Como también ha sido habitual desde su llegada al equipo de gobierno, el primer teniente de alcalde y concejal de Reinicia Sant Antoni, Pablo Valdés, no tardó en salir al paso para exponer la situación y recordar que la gestión de este tipo de infraestructuras corresponde a Abaqua, ente dependiente de la Conselleria de Medi Ambient del Govern balear. En su respuesta, Valdés indica que «dada la situación de absoluto caos que se ha dado este verano y para evitar un mal mayor, que sería el colapso del sistema de depuración insular, parece que se están reubicando lodos procedentes de otras depuradoras en muy mal estado a otras que funcionan ‘mejor’ a fin de dar salida a esta problemática». El edil de Reinicia precisa que el Ayuntamiento «poco podría decir más allá del derecho a pataleta». Tras informar a los internautas de que el Consistorio ha solicitado «ser conocedor del destino final de estos lodos» y de que el único uso permitido por normativa «y hasta que entre en marcha la planta de compostaje, es el agrícola», admitió a colación de la réplica de otro vecino que no se han llevado a cabo las revisiones y limpiezas oportunas en cada depuradora.

«De ahí que sea importante el compromiso que parece se está adquiriendo por parte del Govern de tomar cartas en el asunto y que esto no vuelva a suceder», subrayó Valdés en su respuesta, que remató haciendo consciente a la ciudadanía ibicenca de «la situación de emergencia generada» y advirtiendo de que, si la situación se perpetúa, «seremos los primeros en ejercer presión pública». «No le quepa duda a nadie. Pero bueno, confiamos en que no sea necesario y se vaya resolviendo el asunto», apostilló el número 2 del Ayuntamiento portmanyí.

La Estación de Depuración de Aguas Residuales (EDAR) de Sant Antoni fue adjudicada por la administración balear en junio de 2009 a Passavant España, S.A.U. en consorcio con Melchor Mascaró, S.A. Finalizada su ampliación en 2010, esta depuradora está preparada para tratar las aguas de una población equivalente a 52.000 habitantes, con un caudal máximo de diseño de 2.500 m3/h en pretratamiento y 1.000 m3/h en biológico.