El Port de Sant Miquel ha sido este año el escenario escogido para la celebración del principal acto del Festival Folklóric d’Eivissa Mare Nostrum, que ya ha alcanzado su edición número diecinueve. Y ayer el público de Balansat estuvo a la altura de las circunstancias y llenó las sillas situadas sobre la arena de la playa. Entre los asistentes no faltaron el conseller insular de Cultura, David Ribas, acompañado del alcalde de Sant Joan de Labritja, Antoni Marí, y de algunos de sus concejales, quienes vieron el festival en primera fila junto a a la presidenta de la Federació de Colles, Maria Marí.

Una muestra que tuvo como maestro de ceremonias al joven periodista de la Televisió d’Eivissa i Formentera (TEF), Armando Tur, y que comenzó con las danzas del Esbart Cadí de Bagà, de la provincia de Barcelona. Una entidad con más de sesenta años de historia (fue fundada en 1951) que se ha dedicado a mantener los bailes típicos de Bagà y de otras poblaciones de Catalunya, y que cuenta con aldededor de cien componentes en tre sus cuatros secciones infantiles, una juvenil y el cuerpo de danza.

Posteriormente subieron al escenario del Port de Sant Miquel los miembros de la Rondalla des Pla de Petra, una agrupación mallorquina que hace ocho años ha recuperado su actividad después de pasar otros quince de parálisis. La historia de este conjunto se remonta al año 1958, cuando se puso en marcha esta formación que, en su primera etapa, viajó a países como Francia, Bélgica, la antigua Yugoslavia, Polonia o Rumanía. Ahora, con Bartomeu Tortella bajo la presidencia de la entidad, continúan mostrando los bailes y las tradiciones de la isla de Mallorca.

Su testigo lo recogió la Associació d’Estudis Tradicionals Grup de Castelló, otro grupo veterano (se fundó en 1953) que durante todos estos años se ha dedicado a recuperar las danzas de la ciudad de Castelló de la Plana y de otras poblaciones de la provincia y mostrar la indumentaria tradicional valenciana de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, así como la música y los instrumentos autóctonos.

Y después de las tres formaciones de territorio de habla catalana, le llegó el turno al Grupo Floclórico Queixumes de la ciudad gallega de Vigo, en la provincia de Pontevedra. Un grupo formado en 1983 por su actual director, José Manuel Oliveira Cabanelas, y un grupo de chicos del barrio vigués de A Salgueira. Entre su repertorio de bailes destacan la riberiana, foliada, muñeira, jota, danza marinera y pandeirada, entre otras muchas.

Por último, y como manda la tradición, una colla local se encargó de cerrar el festival. En esta ocasión fue el Grup Folklòric Sant Jordi de ses Salines quien, en representación de la Federació de Colles de Ball i Cultura Popular d’Eivissa i Formentera, puso el punto y final a la muestra folklórica.

Hoy, más actos

Sin embargo, hoy domingo el Festival Mare Nostrum celebra su última jornada de actuaciones. A las 11,30 horas el Esbart Cadí de Bagà junto con sa Colla de Sant Josep de sa Talaia actuarán en la plaza de la iglesia de Sant Josep.

Media hora más tarde, al medio día, el parque Reina Sofía de Vila acogerá la actuación del grupo mallorquín Rondalla des Pla de Petra y la Colla de Balansat. Y a las 13 horas será el turno de Grup de Balls Tradicionals de Santa Gertrudis y la Associació d’Estudis Tradicionals Grup de Castelló en la plaza de la iglesia de Santa Gertrudis.

Con esta muestra folclórica, la Federació de Colles de Ball i Cultura Popular d’Eivissa i Formentera se encarga de traer a las Pitiüses la culturas de todos los rincones del país y, cuando el presupuesto lo permite, de otros países de Europa.