Hoy este taxista del municipio de Vila vuelve a manifestarse contra los ‘piratas’. Ya estuvo en la salida de Amnesia hace quince días y hoy repite «por miedo», asegura. ¿A los taxistas ilegales? No, a esto no. «Por miedo a no poder pagar los mil euros mensuales de la licencia estacional que nos cobra el ayuntamiento y no poder mantener a mi familia». Mil euros al mes «sin contar el seguro, la cuota de autónomo y las posibles averías o accidentes».

Como es lógico, no quiere dar su nombre. Asegura que se ha enterado de que había otra concentración veinte minutos antes de la concentración. Siempre quedan delante de los bomberos, en la carretera de Vila a Sant Antoni, y van bajando hasta la discoteca Amnesia. Ayer, de camino, asegura que barraron el paso a un ‘pirata’ que les intentó atropellar. En su huída casi golpea a un vehículo de la Guardia Civil, que le dio el alto. Pero fue casualidad. «Si llamamos a la Policía Local nos dicen que molestamos, que si no tenemos intención de denunciar que mejor no llamemos».

Este taxista no entiende cómo no hay más vigilancia policial en el aeropuerto, puertos, playas y discotecas, que son los lugares donde más acuden los ‘piratas’. «Si pusieran un coche de policía se solucionaría el problema, pero como no lo hacen pues nos tenemos que buscar la vida como sea», apunta, y se muestra contrariado con la actitud de los ‘ilegales: «Lo hacen en nuestras narices y no podemos decir nada, porque si no nos amenazan y tenemos las de perder. Sólo pedimos poder trabajar tranquilos». Este trabajador también asegura que muchos de estos taxistas ‘pirata’ «se comunican con recepcionistas de hoteles».

Este profesional del sector afirma haber tenido algún encontronazo con algunos de estos taxistas ilegales. «Tuve unas palabras con uno porque le dije que me estaba quitando el trabajo y me soltó que así se sacaba un extra».

Autocrítica

En cuanto a la actuación de ayer de sus compañeros, el taxista fue crítico con ellos. «Siempre hay alguno que tiene que dar la nota y no hace falta. Sólo queremos intimidarles para que se vayan, no queremos agredir a nadie. Yendo he perdido dos horas de trabajo y no lo hago por rabia ni por racismo, porque todos son inmigrantes. Españoles no hay porque tienen las de perder pero los extranjeros vienen a hacer la temporada y se van sin haber pagado ninguna multa ni nada. Esto sí que me indigna», apunta el taxista.