Esta semana han empezado los preparativos para adecuar el búnker. | Daniel Espinosa

La entrada de un nuevo socio a Juaneda-Miramar, la empresa adjudicataria del servicio de radioterapia de Can Misses, no va a suponer ningún cambio en el proyecto de radioterapia del hospital Can Misses, según aseguraron ayer desde Juaneda.

Esta semana dieron a conocer a su nuevo socio minoritario, el grupo empresarial Vithas, que entra con con una ampliación de capital que supone más liquidez al grupo empresarial mallorquín. Desde Juaneda, aseguraron que la entrada del inversor «no afecta nada» el proyecto de radioterapia de Can Misses. Precisamente, con la entrada de esta inyección económica la empresa quiere potenciar los servicios de radioterapia en la Policlínica Miramar y ampliar su red de centros sanitarios.

Desde hace meses se especulaba con la entrada de un nuevo inversor a la empresa mallorquina. Una web especializada actasanitaria.com daba a conocer la negociación a mediados de marzo, que se cerró finalmente este verano y esta semana se daba a conocer oficialmente.

El nuevo socio de Juaneda-Miramar, el grupo Vithas, está considerado como el segundo del país en facturación y el tercer grupo privado del Estado. Tiene capital esencialmente catalán y cuenta con doce hospitales en seis comunidades autónomas.

Después de un largo proceso, el anterior equipo de Govern, del PP, adjudicó en marzo del año pasado al grupo Juaneda la puesta en marcha del servicio de radioterapia oncológica en Eivissa y Menorca por la cantidad de 13,6 millones de euros, muy por debajo del precio de licitación que fue de 17,4 millones de euros. No obstante, esta adjudicación del servicio a la baja no supuso un cambio con la entrada del nuevo socio.

De hecho, esta semana empezaron los preparativos para empezar las obras de acondicionamiento del búnker, un previo paso a la instalación del acelerador y el TAC. Estas actuaciones, la adecuación del espacio del servicio como techos, suelos y paredes, así como climatización o los cuadros eléctricos, tendrán una duración aproximada de un mes. Después se tendrá que instalar el acelerador y el TAC y pasar por la supervisión del Consejo de Seguridad Nuclear que da el permiso para su puesta en marcha. La empresa tiene el compromiso de acabar las obras antes del 31 de diciembre y a partir del 1 de enero puedan recibir los primeros pacientes.