Ana María Costa, concejala de Cultura de Santa Eulària, posa momentos antes de la entrevista, junto a la entrada del Ayuntamiento del Municipio. | DE

Ana María Costa es de esas personas a las que uno piensa que le faltan horas en el día para abarcar tantas tareas. En el Ayuntamiento de Santa Eulària es la segunda teniente de alcalde y concejala de Acción Social y Patrimonio Histórico y Cultural. Es decir, que abarca las áreas de bienestar social, educación, cultura, juventud, fiestas, deportes y formación, y todos los días, de 08.00 a 15.00 horas, su despacho en el consistorio «está abierto» para todo aquel que quiera proponer algo o hacerle críticas «constructivas». Y si eso fuera poco, esta mujer de sonrisa sincera, trato afable, y «enamorada de Eivissa, Santa Eulària y nuestras tradiciones», es desde este 25 de septiembre secretaria general del PP de Eivissa.

—Ahora que es una de las políticas más importantes de nuestra isla... ¿Cómo recuerda su llegada al Ayuntamiento de Santa Eulària?
—Casi como si fuera ayer. Fue en 1999 y hasta que no recibí la propuesta del que fue alcalde durante 28 años, Vicent Guasch, nunca me había planteado entrar en política, y menos ser concejala de Cultura. Siempre me había interesado el tema y había formado parte de asociaciones culturales como sa Colla de es Broll, afincada en Santa Eulària, o de grupos parroquiales que nos permitían a las mujeres al amparo de la iglesia hacer actividades que hasta entonces parecían imposibles, pero nunca había tenido aspiraciones políticas.

—¿Y por qué entró?
—Porque me convenció el programa que tenía Vicent Guasch para que nuestro municipio siguiera creciendo en todos los ámbitos, y en el cultural y social en particular.

—Desde entonces han pasado 16 años. ¿Cómo ha cambiado todo?
—Bueno, todo es distinto... la sociedad, el pueblo, el municipio y, por supuesto, nosotros mismos. Recuerdo que yo entré de una manera muy humilde porque no formaba parte del equipo de gobierno sino de una comisión encargada de Cultura. Luego todo ha ido evolucionando y he tenido la suerte de haber aportado mi granito de arena, primero con Vicent Guasch y después con Vicent Marí, para que nuestro municipio haya crecido tan bien en campos de los que yo me encargo, como la cultura.

—¿Cual ha sido el secreto de ese éxito?
—No ha sido sólo un éxito mío, sino de todos aquellos que creyeron en las propuestas que hacíamos desde nuestro departamento. Y también creo que han jugado un papel muy importante las asociaciones y las personas de nuestro municipio. Sin ellas no hubiéramos logrado nada.

—Hay quien dice que se conoce a prácticamente a todo el mundo en este municipio. ¿Es verdad?
—[risas]. No sé si tanto, pero intento tener la puerta de mi despacho siempre abierta porque creo que para que algo funcione hay que escuchar el mayor número de voces posibles y respetar las críticas, simpre que sean constructivas. Aquí no hay nadie perfecto y todo tiene que servir para reflexionar y sacar después algo de provecho. Además, los vecinos, las asociaciones y los grupos tienen que sentirse queridos, escuchados y respetados.

—Lo cierto es que Santa Eulària no ha parado de crecer en materia cultural. ¿Se consideran un referente a nivel insular?
—Eso lo tendrían que decir los propios ciudadanos, pero sí es cierto que hemos evolucionado mucho y bien, y eso la gente lo nota. Siempre hemos intentado aplicar la filosofía de la escalera, es decir crecer de peldaño en peldaño desde abajo en lugar de lo contrario. Así, por ejemplo, cuando yo entré hace más de un cuarto de siglo, cualquier manifestación cultural se tenía que hacer en la calle porque no había infraestructuras y eso se ha conseguido cambiar. En todo este tiempo, por ejemplo, hemos mejorado la biblioteca municipal de Santa Eulària, recompramos, restauramos y revitalizamos el Teatro España, se puso en marcha el Palau de Congressos de Eivissa con la mira puesta en organizar eventos mucho más grandes, se han abierto nuevas salas de exposiciones y museos, y en septiembre del año pasado inauguramos nuestra última gran apuesta, el Centro Cultural de Jesús.

—De todas ellas, ¿de cuál se siente más orgullosa?
—Pienso que del Teatro España. Fue uno de los momentos más importantes de mi vida porque era un proyecto muy solicitado por los vecinos de Santa Eulària y que además ha servido para potenciar tremendamente la vida cultural del pueblo. Además, me siento muy contenta con todo lo que hemos conseguido en el entorno del río. De la nada y en un lugar prácticamente abandonado hemos logrado construir el centro de interpretación de Can Planetes, que es muy visitado y muy valorado por todos los residentes y turistas.

—Usted siempre habla de que uno de sus objetivos es descentralizar la cultura. ¿Es otro de los secretos del éxito de Santa Eulària?
—Rotundamente. Nosotros creemos que todos los vecinos del municipio, sin excepción, se tienen que sentir involucrados en todo lo que organizamos para que sientan este municipio como suyo. Y por eso, por ejemplo, hemos potenciado la muestra artesanal Luna Llena de Arte, que se celebra en Santa Gertrudis o el Centro Cultural de Sant Carles, que aunque pequeño, es capaz de albergar un concurso internacional de piano que este año ha cumplido 21 ediciones con la presencia de los mejores pianistas jovenes de todo el mundo. Además, seguimos con el concierto por las fiestas de mayo y al que este año ha venido Bustamante, y apoyamos las actuaciones en las iglesias, el festival Barruguet de teatro infantil para toda la familia, o el Festival de Ópera que anualmente y gracias al trabajo de la Asociación de Amigos de la Ópera de Ibiza y Armin Heinemann permite que todos los residentes disfruten con las mejores obras.

—Una lista envidiable. ¿Le queda algo por hacer?
—[risas] Por supuesto. Siempre hay que seguir mejorando, pero fieles a nuestra filosofía de escalón a escalón. Por ejemplo tenemos que seguir trabajando para mejorar aún más todo el entorno del Acueducto de s’Argamassa, donde ya hay paneles explicativos y se ha habilitado una zona visitable.

—¿Y el retablo de la iglesia de Jesús?
—Precisamente ése será uno de nuestros próximos proyectos estrella. Se trata de un retablo gótico que según los expertos es la obra de arte más extraordinaria de cuantas se conservan en las iglesias de Eivissa y no podemos permitir que se venga abajo.Por ello, dentro de poco comenzaremos con su proceso de restauración para que vuelva a lucir como merece. Posiblemente se haga en el Centro Cultural de Jesús y pondremos todo nuestro empeño en colaboración con el Consell d’Eivissa. Además, también aprovecharemos para arreglar un poco la iglesia y todos los desperfectos que se han producido por el paso del tiempo y la humedad.

—Hablando de religión. La Semana Santa y el Vía Crucis viviente sigue creciendo a pasos agigantados... ¿No tiene miedo a que se les vaya de las manos?
—Tanto como eso, no. Y si vemos que sigue creciendo habrá que tomar alguna medida para evitar males mayores. Afortunadamente se han solucionado los pequeños problemas que había con la Banda de Cornetas y Tambores de Santa Eulària y ellos seguirán preparándolo con el mismo interés y profesionalidad que hasta ahora. Y es que sin su esfuerzo desinteresado no se podría disfrutar con uno de los eventos más importantes de la Semana Santa a nivel balear, y al que acuden cada vez más personas. Desde aquí, las gracias.

—¿Y en materia de teatro? ¿Qué tienen en mente?
—Fortalecerlo a través del Programa Estatal de Circulación de Espectáculos de Artes Escénicas en Espacios de las Entidades Locales (Platea) del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Es una iniciativa que está muy bien porque permite traer obras de teatro, circo de sala o espectáculos de danza de primer nivel a municipios relativamente pequeños. El año pasado ya lo pusimos en marcha y tuvimos mucho éxito. Además, para este 2015-2016 nos han aceptado hacerlo también en Jesús, así que otro paso adelante.

—Todo esto de lo que me ha hablado y que suena muy bien, ¿es más fácil gracias al tipo de turismo por el que apostó Santa Eulària en su día?
—Pienso que sí. Sin embargo, tomar aquella decisión en un primer momento no fue fácil. Pero quiero dejar claro que la buena situación actual de Santa Eulària no se debe sólo al ayuntamiento de la época sino sobre todo a la valentía que tuvieron los empresarios y hoteleros para apostar por otro tipo de turismo, diferente al de otros municipios.

—¿Ahora esa decisión la miran con alivio?
—Por supuesto. Todo el mundo sabe que Santa Eulària apuesta por un turismo familiar y todos saben que mientras estemos nosotros en el equipo de gobierno eso no va a cambiar porque aquí se vive bien y muy a gusto.