El tripartito que gobierna el Ayuntamiento de Sant Antoni (PSOE, Reinicia y Pi-Eivissa) tumbó ayer durante la sesión plenaria la moción presentada por el grupo municipal popular para la elaboración de un Plan Integral sobre el estado de Cala Salada y Saladeta en el que, entre otros asuntos, se proponía el trasvase anual de arena de la segunda a la primera playa. Además, desde el PP se planteaba la «inspección exhaustiva de la playa y de las edificaciones adyacentes a fin de garantizar que el deterioro de la calidad del agua no se debe a factores externos».
El primer teniente de alcalde, Pablo Valdés, criticó primero la redacción de dicha moción, que calificó de «poco precisa y dañina» porque, a su juicio, «es temerario sembrar la duda» sobre la calidad del agua de la zona, circunstancia que negó «a la mayor». El portavoz de la oposición, Pepe Sala, recordó que con el plan integral solo se pretende «hacer un estudio» sobre el estado de este enclave «sin perjuicio de que en su momento puedan modificarse o aplicarse solo parcialmente la soluciones propuestas». El edil de Reinicia consideró que la moción se presentaba en «la línea de facilitar el acceso» a ambas calas y precisó que la voluntad del equipo de gobierno es precisamente la contraria: «Lo que tenemos que reflexionar es si admite más capacidad de carga el ecosistema y si es preciso ponerle freno». Valdés recordó que el pasado verano a sugerencia del Govern se reforzaron señalizaciones, se instalaron piedras disuasorias y dos personas se encargaron de regular el acceso, «aunque no fue suficiente», apuntó. Sobre el trasvase de arena, advirtió que el realizado en 2012 supuso un gasto de 50.000 euros. Indicó que sería «lo último que haríamos» y apostó a que «ningún técnico apoyaría esta idea».

El concejal progresista vio reforzada tu tesis cuando, al final del pleno, la oceanógrafa del Centro de Recuperación de Especies Marinas Verónica Núñez criticó la propuesta del PP recordando que el trasvase realizado en 2012 «afectó especialmente» a la pradera de posidonia de Cala Salada, donde «se aprecian calvas a través de Google Maps». «El trasvase de arena supone un importante impacto y es inviable», aseguró. En este sentido, añadió que una de las especies invasoras en estos espacios son «los fondeos de embarcaciones», que animó a limitar.
Por otra parte, Pablo Valdés admitió que estudian junto al Govern la creación de una línea de autobús ‘lanzadera’ desde Can Coix para restringir el acceso de vehículos a Cala Salada.

Impuestos

El pleno aprobó, con los votos en contra de la oposición, una subida del 4,9% del impuesto sobre vehículos de tracción mecánica «para actualizarlo» tras seis años intacto, explicó el concejal José Antonio Ferragut. En la práctica, supondrá un incremento de entre 90 céntimos y 12 euros anuales en función de los caballos fiscales del vehículo.
Durante la sesión plenaria se aprobó por unanimidad a petición del equipo de gobierno cambiar el nombre de la sala de exposiciones de Sa Punta des Molí a Walter Benjamin, en homenaje al pensador y filósofo alemán que residió en Sant Antoni en los años 30.

En la sesión se aprobó la modificación de la ordenanza que regula las ayudas a la reparación de fachadas de manera que la cuantía máxima subvencionada se limitará a 4.000 euros por inmueble y actuación. Asimismo, toda la Corporación respaldó la propuesta de modificación de la ordenanza de playas, que a partir de ahora permitirá el acceso a las mismas con mascotas siempre y cuando haya una autorización previa de la administración.