El escultor almeriense afincado en Eivissa Paco Salas. | Toni Escobar

Un recorrido en profundidad por el taller del pintor y escultor Paco Salas en la carretera de Es Canar supone un deleite para la vista. La calidad de las tallas de madera como la de las pinturas demuestra toda una vida de aprendizaje, dedicación y amor por esta profesión.

Residente en Eivissa desde hace tres años, el artista almeriense, inaugura esta tarde a las 19.30 horas una exposición que recoge una representación de sus trabajos escultóricos en el Centre Cultural de Jesús. La muestra, que deja de lado la pintura, se compone de tallas de madera, esculturas de terracota y espejos modernistas, todos ellos tallados a mano con ayuda de gúbias y de su mazo de bronce, que le acompaña «desde hace muchos años».

En la selección de las piezas, en la que ha sido fundamental «el criterio de sus hijos», se ha querido mostrar la variedad de los trabajos, entre los que destacan una serie de retablos que recogen escenas históricas de Cataluña, en concreto de Sant Cugat, donde residió durante 45 años. Por su parte, las molduras de los espejos modernistas són también de gran calidad, con lineas sinuosas, en algunos casos marcada por la propia madera y las tallas, entre las que hay desde un busto egipcio en el que una de sus hijas es la modelo, a imagineria religiosa, están realizas con maderas nobles.

Los clásicos

Paco Salas, autodidacta y con una larga trayectoria de éxitos a sus espaldas, con obras en Burgos y en monasterios de Cataluña, como el de Sant Cugat, Poblet o Montserrat, entre otros, es un amante del arte románico, y medievales en general, y así lo demuestra en sus tallas y sus retablos, pero también admira a los grandes clásicos de la pintura.

En el taller de este artesano, al que «la madera la hebla y le sugiere como debe ser transformada», se almacenan centenares de obras, algunas de inspiración propia, pero también muchas réplicas de gran calidad técnica. La dama desnuda de Goya, La Venus del espejo de Velázquez, u obras copiadas de Vermeer o del Greco abundan entre las cuatro paredes del taller. «Me encanta copiar a los clásicos, para aprender de su técnica y de su calidad», aseguró el artista ante la copia de una de las meninas de Velázquez.

Es muy difícil situar a Paco Salas en un estilo concreto, pues toca todos los palos. Asegura que una vez, un profesor de Bellas Artes de París que entró en su taller le dijo: «Aquí hay obras más impresionistas, otras más cubistas, coge todos los santos estilos, sólo he visto este fenómeno en Picasso», aseguró orgulloso de su trabajo, que sólo quiere plasmar belleza.