Acabada oficialmente la temporada turística llega el momento de hacer balance. Eivissa y Formentera consiguieron entre mayo y octubre de este año, el considerado como periodo oficial de la temporada turística, un 79,48% de ocupación en los establecimientos hoteleros, lo que representa un ligero incremento del 1,1% en comparación con los mismos meses del año pasado. Por islas, la que mejor resultados obtuvo fue Eivissa con una ocupación media en toda la temporada del 80%, lo que supone un 1,26% más que el año pasado, mientras que Formentera ha conseguido la misma ocupación de plazas hoteleras que 2014 con un 72,59%, un 0,2% menos que la temporada pasada. «El arrastre de temporada venía lastrado en Formentera por la bajada de ocupación que tuvieron en mayo, pero los meses de junio, julio y agosto han sido mejores que en 2014»., explicó Juanjo Riera, presidente de la Federación Empresarial Hotelera de Eivissa y Formentera (Fehif).

Las zonas

El norte de la isla de Eivissa es la que mejor ocupación consiguió con un 82,53% frente al 79,76% alcanzado en la temporada pasada, lo que supone una mejora del 3,47% respecto a 2014. «La tipología de turismo que va a la zona de Sant Joan son parejas y, sobre todo, familias ya que es una zona con abundante oferta en todo incluido que permite a las familias saber de antemano el coste de sus vacaciones», apuntó el presidente de la patronal pitiusa. El segundo mayor incremento porcentual, concretamente del 1,82%, se encuentra en Eivissa ciudad que consiguió una ocupación 81,92% entre mayo y octubre de este año. Sant Antoni y su bahía, por su parte, alcanzaron un 77,6% de ocupación (un 1,05% más), mientras que la zona de Santa Eulària es la única de Eivissa que experimentó un resultado negativo, pero muy discreto, ya que la ocupación en la Villa del Río disminuyó únicamente un 0,2%

El dato aislado del mes pasado sorprendió a los hoteleros ya que esperaban un 55% y alcanzaron finalmente un 57,05% de ocupación en la isla de Eivissa, lo que supone un aumento del 4,4%.
Sin embargo, el balance general de la temporada les deja una sensación «agridulce». «El balance en términos de ingresos es positivo, pero ha sido una temporada agridulce por los problemas de las depuradoras de la isla, las roturas del emisario de Talamanca con vertidos que han provocado el cierre de la playa en varias ocasiones, problemas con el suministro de agua y una pésima calidad de la misma en la zona de Sant Jordi y platja d’en Bossa», explicó Riera, quien recordó que es «urgente el desdoblamiento de la carretera de Santa Eulària».
El presidente de la patronal hotelera pitiusa explicó que ha sido más agria que dulce después de conocer que el Govern quiere impulsar una nueva ecotasa o impuesto turístico. «Es agria por querer el Ejecutivo autonómico aplicar una tasa que irá en contra de la competitividad de Balears como destino turístico debido a que al final tan sólo la pagarán los clientes que vayan a los establecimientos turísticos reglados si no se tienen los medios para controlar y sancionar a la oferta ilegal y las transacciones económicas que se producen» y recordó, además, que quienes vengan en yates no pagarán este nuevo impuesto.