Cristina Borrallo, letrada de Ausbanc, ayer en la rueda de prensa ofrecida en el Royal Plaza. Foto: D. ESPINOSA

La letrada de la Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios (Ausbanc) en Balears, Cristina Borrallo, informó ayer en Eivissa sobre los pormenores de la sentencia del Juzgado de Primera Instancia nº 1 de Ibiza, que condena a la entidad bancaria BBVA a la devolución de 2.150 euros más los intereses legales devengados desde la fecha de interposición de la demanda y a las costas procesales incurridas a la representante de una pequeña empresa de Santa Eulària. La sentencia responde a la demanda presentada por esta asociada cuando, tras ingresar efectivo en un cajero de la entidad BBVA, éste se quedó fuera de servicio sin entregar ningún tipo de justificante.

El ingreso de 2.150 euros tenía como finalidad el pago del alquiler mensual del local del negocio en el que la empresa desarrolla su actividad, y este era el método habitual todos los meses, según explicó Cristina Borrallo en rueda de prensa.

La representante legal de la empresa no sólo llamó inmediatamente para relatar lo sucedido al servicio de atención al cliente (ya que en ese horario la sucursal estaba cerrada) sino que estuvo durante más de un mes «persiguiendo» a los empleados de la sucursal bancaria en la que está ubicado el cajero, sin obtener respuesta satisfactoria. Pasados varios meses sin encontrar una solución por parte de la entidad, explicó la representante de Ausbanc, esta asociada decidió interponer una denuncia policial al objeto de conseguir la grabación de la cámara del cajero, «encontrándose con que la entidad respondía que ya las habían destruido por haber transcurrido el plazo legal de 15 días que marca la ley para conservarlas». «Lógicamente nuestra asociada tuvo que proceder al pago del alquiler por otra vía», ágregó Borrallo.

Actitud obstructiva

Ante esta actitud «en absoluto colaborativa sino obstructiva» por parte de la entidad, la asociada decidió interponer una demanda judicial, quedando acreditado tras las declaraciones de los testigos y de los empleados de la sucursal que había un descuadre en la contabilización de las cantidades ingresadas.