Voluntarios. Algunos socios de ADV actuaron ayer de manera voluntaria en el rejuvenecimiento de algunos olivos. | Arguiñe Escandón

La Agrupación de Defensa Vegetal y Sanitària de l’Olivar de Eivissa (ADV) inició ayer los trabajos de poda, cura y arreglo de los cerca de 300 ejemplares de olivo que pueblan la Necrópolis del Museo Monográfico de Puig des Molins.

Hace más de un año el presidente de la entidad, Mariano Tur, observó que «tenían la leña seca y un aspecto bastante degradado» y propuso al Museo Arquológico de Eivissa unos cursos de poda sobre algunos ejemplares. El resultado fue tan satisfactorio que ADV ha establecido ahora un convenio de tres años con el Govern para «rejuvenecer» el mayor número de olivos posible.

Así, un equipo de entre cinco y nueve voluntarios, todos ellos socios de ADV, participacipará en alguna de las tres jornadas previstas hasta el mes de marzo, la primera de las cuales se efectuó ayer. Tur calculó que en cada jornada se pueden podar unos ocho olivos, por lo que no se llegará a actuar en todos ellos cuando finalice el convenio, que no dispone de ninguna dotación económica.

En este sentido, Tur hizo un llamamiento a las distintas administraciones para que faciliten «pequeñas partidas» que aseguren el mantenimiento de los olivos. Indicó que la acción actual podía valorarse en un coste de entre 1.000 y 1.500 euros, aunque apuntó que su precio anual sería menor si se sostiene en el tiempo, ya que ahora «estamos podando ramas que quizás no se habían tocado en 20 años».

Por su parte, el director del Museo Arqueológico, Benjamí Costa, consideró que esta iniciativa es «de la máxima importancia porque los olivos son un rasgo muy característico» del lugar. Detalló que los ejemplares de Puig des Molins son «muy antiguos, anque no milenarios» y los definió como «un tesoro biológico y cultural» porque son descendientes de los que trajeron los fenicios a la isla.

Los olivos recibirán el mismo trato de los ejemplares destinados a la producción convencional de aceite y, a modo de anécdota, Costa reconoció que el museo ya ha pensado en la posibilidad de llevar adelante una «mínima» producción de aceite de Puig des Molins.