Un centenar de personas, entre amarristas, propietarios de locales y empleados de Marina Botafoch, asistieron ayer por la tarde en el hotel Los Molinos de Eivissa a la asamblea informativa que convocaron los nuevos propietarios del puerto deportivo para explicar sus planes de futuro.

Nicolás Mayol, representante de los nuevos accionistas, tomó la palabra para explicar un proyecto que tiene como objetivo principal la ampliación de la concesión de Autoritat Portuària de Balears (APB) para prorrogar una concesión que vence en el año 2019 y que, dependiendo de las negociaciones, podría ser a 20, 25 o 30 años más.

«Marina Botafoch marcó un hito a la hora de su creación hace más de 30 años pero hoy, por desgracia ha envejecido y es lógico que tengamos que darle un nuevo carácter». Con estas palabras, Mayol empezó a explicar las inversiones que los nuevos accionistas han proyectado y que, según dijo, van en la línea de hacer un puerto deportivo similar a la vecina Marina Ibiza, el mallorquín Puerto Portals o la Marina Vela de Barcelona.

Marina Botafoch tiene en estos momentos, en palabras de Mayol, «un ambiente muy confuso y una desorganización de espacios que se tienen que ordenar». En este sentido, apuntó que el proyecto contempla la reordenación de pantalanes, aparcamientos, locales o espacios libres.

Como novedad, mostró el proyecto de marina seca que se pretende hacer en Marina Botafoch para embarcaciones pequeñas, de unos 6 o 7 metros de eslora. Una marina robotizada que funciona con una tarjeta que, con un servicio mínimo de asistencia, permite a los propietarios de estos futuros amarres introducir ellos mismo su embarcación en el mar.
El proyecto contempla también el «esponjamiento» de los actuales locales comerciales que «no pueden estar tan comprimidos», una zona para grandes barcos con un nuevo edificio y un aparcamiento, un edificio para restaurantes y cafeterías y un cambio de ubicación de la actual cafetería, entre otros aspectos.

Tras la intervención de Mayol, tomaron la palabra diferentes asistentes a la asamblea, la mayoría de los cuales se preocuparon sobre las futuras tarifas que se cobrarán a partir de 2019 y los cambios de ubicación.