El perro puede comer huesos, la alimentación cruda es más sana, el perro debe ayunar una vez por semana, poner ajo en la dieta repele las pulgas, algunas dietas hacen que el color del pelo se vuelva rojizo. Todas estas afirmaciones son mitos sobre la alimentación de los animales de compañía que abordaremos poco a poco en sucesivos reportajes, hoy trataremos el tema de qué y cuántas veces hay que dar de comer a nuestro perro.

La mayoría de los veterinarios preferimos alimentar a nuestros animales de compañía con pienso comercial, es sabroso, digestivo, aportan la correcta cantidad de energía además de aportar consistencia, seguridad y comodidad. Es verdad que existe una grandísima variedad de piensos comerciales para animales de compañía y con una no menos variedad de precios, desde piensos a 1€ el kilo o menos hasta piensos de 10 y 15€ el kilo, ¿cuál es el adecuado? Yo, normalmente, recomiendo a mis clientes pienso de gama media o alta, el precio de los piensos no depende del capricho de director comercial de la empresa sino de la calidad de los ingredientes y del valor añadido que da la empresa a sus productos. Un pienso excesivamente económico la mayoría de las veces es debida a que emplean ingredientes de baja calidad lo que repercute directamente en la salud de nuestros animales de compañía, por eso no hay que fijarse no sólo en la cantidad de proteínas o grasa que tiene ese pienso sino en los ingredientes que emplea en su fabricación lo cual, unido al gusto de nuestro animal, que al final es el que se come el pienso, nos permitirá tomar la decisión adecuada.

Sin embargo antes de tirar los restos de nuestra comida en buen estado, como algo de carne guisada, un poco de pescado sin espinas o algo de arroz, sí podemos ofrecérselo a nuestro animal de compañía a modo de suplemento, pero NUNCA debe suponer más del 10% de su dieta diaria, porque estaríamos entrando en una mala alimentación y fomentando en el perro la discriminación, ya que nuestra mascota siempre preferirá nuestra comida al pienso comercial. Y sobre todo hay que tener en cuenta qué comidas podemos ofrecer, dietas con exceso de sal, picantes, muy condimentadas o sobras de huesos de cordero, pollo o conejo NUNCA deben ser ofrecidos a nuestros animales de compañía ya que pueden ocasionarle graves problemas de salud.

No es aconsejable ofrecer a los cachorros leche de vaca, es verdad que resulta muy apetecible para ellos pero puede ocasionarles diarreas ya que muchas veces no asimilan la lactosa presente en la leche. Si un cachorro tiene más de 6 semanas no necesita leche para alimentarse y si es un bebe muy pequeño es mejor emplear leches maternizadas especificas para perros.

Y llegamos por fin a la respuesta a la pregunta que planteábamos al principio, ¿cuántas veces hemos de dar de comer a nuestra mascota?. Pues la respuesta es compleja, hay dos estrategias de alimentación, la primera es dejar siempre el comedero lleno y que el perro se vaya sirviendo o ponerle la comida una o dos veces al día. En perros pequeños y de piso, yo recomiendo que tengan el pienso siempre, normalmente el perro no es muy ansioso comiendo y suele autorregularse en cuanto a la comida. En perros grandes o que viven en exterior recomiendo dar de comer una o dos veces al día, el dar una o dos veces dependerá de la edad y del nivel de actividad del perro. Perros jóvenes y muy activos que hacen mucho ejercicio es mejor dos comidas al día y los perros más tranquilos o los viejecitos es mejor que coman una vez por día ya que sus requerimientos energéticos son menores. Hay que tener en cuenta que normalmente después de comer, al cabo de 10 o 15 minutos el perro tendrá ganas de hacer caca por lo que tendremos que tener en cuenta que si vive en un piso luego hay que sacarlo a pasear.

Los gatos son un caso aparte, siempre son un caso aparte. Para los gatos es preferible la alimentación ad-libitum, eso quiere decir que tengan el comedero siempre lleno. El gato es un animal cazador que en su medio silvestre no hace grandes comidas sino solo lo que caza por lo que esta acostumbrado a comer 7, 10 o 20 veces al día. Y de hecho, si nos fijamos, el gato va al comedero, come 4 o 5 granitos, se va a descansar y luego vuelve a comer otro poco y así a lo largo de todo el día. Ellos mismos se autorregulan. Si ponemos dos veces al día la comida el gato interpreta que cuando se acabe no habrá mas hasta la siguiente e intentará comérselo todo y lo más rápido posible, esto al propietario le da satisfacción, pero la mayoría de las veces el gato come más de lo que necesita y tiende a engordar.