Un grupo de operarios en la travesía de Jesús, que se abrirá al tráfico a finales del mes de abril, según el Consell. | Toni Escobar

Indignación y resignación. Este es el sentimiento mayoritario en los comerciantes del núcleo urbano de Jesús cuatro meses después del comienzo de las obras en el principal acceso al pueblo. Unos trabajos promovidos por el Consell d’Eivissa y que, en un principio, debían suponer el cierre de la travesía durante 45 días. Al final, serán cinco meses. Como poco.

Uno de los comercios que más ha sufrido estas obras es la pastelería Mediterránea. Diana Pulgarín, su encargada, explica que quince días después del inicio de las obras (a principios de diciembre) decidieron echar el cierre por el descenso en las ventas y volvieron a abrir durante las fiestas de Navidad para atender a sus clientes fijos en unas fechas tan señaladas. El pasado lunes volvieron al trabajo pensando que para Semana Santa las obras ya estarían listas, pero no ha sido así. «Son casi las once y sólo he vendido tres barras de pan y hemos tenido que bajar la producción», asegura Diana señalando los estantes semivacíos de la panadería. «En marzo del año pasado nos fue muy bien, no nos queda más remedio que esperar, ojalá se acaben en abril», asegura Diana con resignación.

La misma sensación tiene su vecino Àngel Marí, de la papelería y administración de loterías Es Cantó. «Las obras se han hecho notar pero no nos queda otra que aguantar y ver si se arregla de una vez», señala Marí, mientras atiende a varias personas que le preguntan sobre el estado de las obras. «Es el tema estrella en todos los comercios de Jesús ahora mismo», sostiene. Àngel explica que los negocios del núcleo urbano se nutren de la gente que está de paso «y encontraba aparcamiento fácil, pero ahora, con las obras, nos rodean y nadie se para aquí». El encargado de la papelería afirma que desde que se pusieron en marcha los trabajos en la travesía de Jesús las ventas en su negocio han bajado más de un 9%.

Una reducción en el negocio que en el caso de la floristería Can Daifa ha sido mayor, concretamente entre el 30% y el 40%, asegura Carmen Tur: «Tenemos la suerte de que el local es nuestro y no tenemos que pagar alquiler. Por aquí no pasa nadie, parece mentira que un trozo tan pequeño de carretera afecte tanto». Carmen Tur cuenta que viajó a la Península para encargar material para las fiestas de Navidad «pero lo tengo todo guardado en el almacén porque no vendí nada».

Más contundente se muestra Norberto Appel, propietario del restaurante Bon Lloc, que niega que los causantes del retraso de las obras sean los restos arqueológicos encontrados. «La culpa no la tienen los fenicios, aquí debe haber un problema financiero entre el Consell y la constructora», apunta Norberto.

El restaurador asegura que lo que «más rabia me da es que no digan la verdad, porque antes de las elecciones dijeron que serían transparentes y no lo están siendo». Norberto, que ya tuvo la oportunidad de quejarse ante los responsables del Consell d’Eivissa en la presentación del proyecto de reforma de la carretera de Santa Eulària, afirma que sus pérdidas durante las obras «son de dos dígitos», pero que si «estoy errado, voy a pedir disculpas».

El miércoles, la consellera de Mobilitat, Pepa Marí, avanzó a los vecinos y comerciantes de Jesús que las obras de la travesía se retrasarán un mes más, por lo que esperan reabrir al tráfico este tramo a finales del mes de abril.