Toni Planells tur.

La decimosexta edición de las Jornades de Cultura Popular de les Pitiüses que organiza anualmente la Federació de Colles de Ball i Cultura Popular d’Eivissa y Formentera lleva por nombre Prohoms, homes bons. Los prohoms eran, en el ámbito de los países de lengua catalana, personas dignas de especial consideración que eran elegibles o ejercían un cargo representativo, tanto por sus condiciones personales como por su situación económica. Y es bajo este marco que recibirá hoy un homenaje a Antoni Planells, Toni Planes, sonador, ballador y pionero en la promoción del folklore de Eivissa dentro y fuera de la isla.

«Empecé a tocar les castanyoles en el colegio. Éramos un grupo de 10 o 12 chavales los que nos animamos a aprender a tocarlas, y era divertido porque hacíamos todo el camino de vuelta a casa practicando con ella. De aquellos, solo seguimos tocando 3 o 4. Me gustó y quise seguir, así que fui a aprender a tocar sa flaüta y es tambor a casa de un hombre muy mayor que se llamaba Joan de Can Mestre». Recuerda hoy, a sus casi 86 años Toni Planes.

Descanso

Después de aquello, este conocido ballador entró a formar parte de un grupo denominado Educación y Descanso (EyD). Fue una organización recreativa, dependiente del Sindicato Vertical, que existió en España durante la época de la dictadura franquista. EyD estaba dedicada a promover y realizar todo tipo de actividades artísticas, culturales y deportivas por parte de los trabajadores. «Yo siempre decía de broma que ahí había más descanso que educación», bromea Planells.

Toni no esconde las ganas que tenía de viajar, por eso para el servicio militar, se hizo voluntario de La Marina y después llegó su primer viaje como embajador pitiuso. Fue a Mallorca, luego a Madrid y de ahí a Gran Bretaña. «Ese fue el viaje más pesado que he hecho en toda mi vida porque fuimos en pleno verano, en un autocar sin aire acondicionado desde Madrid hasta Francia, luego en barco y después otro autobús hasta el país de Gales. Allí ganamos premios».

Sin embargo, según Toni d’en Planes, donde más premios ganó su grupo de ball pagès fue en Polonia, en el año 1973. «Celebró dos festivales y allí ganamos siete premios, tres en cada festival y además me dieron otro a mí por una actuación en la que toqué las dos flautas, una en cada mano».

Buen trato

En aquel momento Polonia era un lugar comunista y por ese motivo tuvieron dudas de que allí les fueran a tratar bien. «De hecho, Pilar Primo de Rivera nos mandó una carta en la que nos avisaba de que quizás se avecinaban días difíciles para nosotros al visitar un país comunista, pero no se pudo equivocar más, porque nos trataron de maravilla. Quizás ha sido donde mejor nos han tratado. Planificaron actividades para nosotros y nos llevaron a los mejores sitios para que lo pasáramos bien», revive hoy Planells quien añade que, aunque Polonia era un país comunista, se daba la particularidad de que el 90% de sus habitantes eran católicos practicantes. De ahí, el grupo vistió Cracovia, Varsovia y Zakopane donde vieron al Papa Juan Pablo II que era cardenal allí entonces.

Pero sin duda, el viaje más bonito que recuerda este embajador de honor de las islas, fue el que realizó a Nueva York. Allí se encontraron seis grupos españoles de cultura y en el pabellón de España eran un total de 600 personas.

El motivo del viaje fue la Feria Mundial de Nueva York de 1964, una exposición internacional que tuvo lugar en Flushing Meadows-Corona Park. La feria se inauguró el 22 de abril de ese año y que estuvo abierta, durante 2 temporadas de 6 meses cada una, hasta el 17 de octubre de 1965.

La feria neoyorquina tuvo una amplia representación de la cultura española y allí no faltó el grupo de Toni Planes. «Hicimos una excursión en la que visitamos Washington D. C, Virginia y Philadelphia. Entramos en la Casa Blanca, en todos los sitios. Fuimos a Canadá, vimos las Cataratas del Niágara y de allí a la ciudad canadiense de Toronto donde vimos unos grandes lagos», revive.

Agua y sal para los pies

Y en lo referente al baile, ya le advirtieron a Antoni Planells que fueran preparados, que no era lo mismo bailar un día, que durante meses todos los días. «Hubo gente que tuvo que dejar de bailar porque tuvo dolencias. Yo lo hacía a gusto, porque aquello de bailar me gustaba. Fuí al médico que me recetó agua caliente con sal y tampoco salí mucho para cuidarme los pies», comparte hoy Toni d’en Planes.

Para este ballador y sonador, el folklore ibicenco le ha aportado un medio de vida, pues al volver de Nueva York formó un grupo de baile para los turistas a quienes les cobraban una entrada para ver la actuación y que llegaron a visitar hasta diez autobuses de turistas. «Me sorprende recordar que había quien nos decía que parecía mentira que fuéramos por el mundo a hacer el ridículo», asegura entre risas.

Homenaje

A las 20.30 horas tendrá lugar una conferencia a cargo de Lina Sansano Costa bajo el título Els hòmens bons com a tradició que arriba als nostres dies. Será en la antigua sede del Consell Insular d’Eivissa, en el número 9 de la calle Bes. Después, a las 21.15 horas comenzará el homenaje a Toni Planes.