Todos los sectores implicados en la renovación del municipio están de acuerdo en una cuestión: para cambiar el actual modelo turístico, Sant Antoni tiene que ser primero un lugar agradable para vivir y un motivo de orgullo entre sus vecinos.

Hacer pueblo, reenamorarse de Sant Antoni, promover sentimiento de ciudadanía... Son algunas de las claves para que el municipio se reinvente y deje atrás los graves problemas de orden público, seguridad y limpieza que actualmente tiene.

Unos problemas causados, en parte, por el perfil del turista que visita Sant Antoni y que, como apuntan desde el sector, hay que cambiar aumentando la calidad de la oferta hotelera y subiendo, por tanto, los precios. La clave para conseguirlo es, según Juanjo Planells, presidente de la Asociación de Hoteleros de Sant Antoni, la unión del empresariado a la hora de acometer las reformas necesarias en sus establecimientos. «De nada vale que tres empresarios lo hagan bien y catorce mal. Hay que asumir el riesgo todos juntos y creo que ahora que Turquía o Egipto están fuera de mercado es un buen momento», señala Planells. Si no se hacen estas reformas, advierte, «el actual modelo se agotará dentro de dos o tres años. De hecho, mucha gente ya nos descarta».

Ángeles Nogales, de Fomento de Turismo, opina que para cambiar lo que actualmente es Sant Antoni es necesario «fomentar el orgullo de ciudadano». «Sant Antoni tiene que volver a ser lo que era», afirma Nogales, quien opina que hay que «buscar los valores de los primeros turistas que llegaron al municipio» y se fijaron en la belleza de su bahía y las puestas de sol. Pero, por encima de todo, «evitar el divorcio entre la sociedad y el turismo» convenciendo a los ciudadanos que el turismo «no es un estorbo». Un camino que, según la experta en turismo, pasa por conseguir un perfil de visitante más amable «que no invada» a la población local.

Hazel Morgan, de Amics de la Terra, cree que para atraer un turismo de calidad hay que fomentar la oferta que gira en torno al medio ambiente e incorporar Sant Mateu, Corona o Sant Rafel como destinos alternativos en el municipio.

En cambio, Pepita Tur, presidenta de la Asociación de Vecinos de Sant Antoni, piensa como representante de la ciudadanía que el pueblo «se tiene que regenerar totalmente». «Las calles están sucias, las aceras son horribles, existen edificios en un estado deplorable... Hay mucho trabajo por hacer pero es cuestión de voluntad», indica.

Una tarea que, a juicio de la representante vecinal, se debe llevar a cabo «haciendo pueblo» entre todos. Pone como ejemplo la concienciación de recoger de las calles los excrementos de los perros o la apertura de más negocios que animen la vida local. El mercado de es Clot Marès solo tiene cuatro puestos abiertos y por sus pasillos apenas se pueden ver clientes.

En este sentido, el presidente de la Asociación de Comerciantes de Sant Antoni, Joan Ribas, opina que el problema de la falta de clientela y el cierre de muchos locales comerciales es que la gente se ha ido a vivir a otros lugares cercanos como Cala de Bou o ses Païsses. «Cada vez vive menos gente en Sant Antoni y los que viven fuera les da pereza coger el coche para venir a comprar».

Aún así, Ribas considera que, en estos momentos «vuelve a haber confianza» y las buenas previsiones económicas para esta temporada ha propiciado que este año se abran algunos locales que permanecían cerrados hasta ahora.

Según el presidente de los comerciantes, Sant Antoni «tiene mucho que ofrecer». Para ello, piden al ayuntamiento que ponga en marcha iniciativas que atraigan al visitante también en invierno: más parques para niños, organizar actividades en la playa o fomentar la apertura de establecimientos en la playa de s’Arenal durante todo el año como sucede en la de Talamanca.

Respecto al estado de calles y fachadas, reconoce que hay «un poco de dejadez» entre los vecinos que no arreglan las fachadas de sus edificios y entre los dueños de bajos comerciales que, tras varios años vacíos, se encuentran en muy mal estado.

Las propuestas para transformar Sant Antoni en un pueblo habitable que reciba un turismo amable son numerosas. Todos coinciden que queda mucho trabajo por delante y muchos años para conseguirlo pero, lo importante, es que en esta ocasión parece que tienen clara la meta y aseguran que trabajarán juntos para conseguirlo.

EL DETALLE

Un plan estratégico para transformar Sant Antoni en los próximos 15 años

El Ayuntamiento de Sant Antoni ha encargado la elaboración de un plan estratégico a una consultora catalana para transformar el municipio en la próxima década y media. Se han marcado como meta el 2030 para cambiar el actual modelo turístico que incluirá además un plan de regeneración urbana del casco antiguo.

Para empezar a recoger opiniones han celebrado dos encuentros con representantes de diferentes sectores en los que se han recabado 700 propuestas para mejorar el municipio.

La transformación de Sant Antoni, coinciden todos, pasa por un trabajo conjunto entre la administración y la sociedad y esto pasa por la modernización de los establecimientos turísticos para conseguir un turismo de mayor poder adquisitivo y, en teoría, más concienciado y cívico pero también una mejora de sus calles y sus edificios que redunde en el bienestar de sus ciudadanos.