El barrio de Can Bonet acogió ayer por primera vez un rastrillo solidario en el que diferentes voluntarios y asociaciones de defensa de los animales recaudaron fondos para la esterilización de la numerosa colonia de gatos abandonados que puebla la isla.

Sharon Edwards y Sheila López, dos residentes del barrio, fueron las organizadoras de este evento que incluyó además actividades para niños y un concurso de dibujo de mascotas con el objetivo de concienciar a la gente de la necesidad de castrar a los gatos para evitar que «se conviertan en una plaga y transmitan enfermedades». «Si fuera así, en diez años dejaríamos de tener este problema de superpoblación de gatos», asegura Sharon, una británica que pone como ejemplo la concienciación que existe en su país de origen donde, según dice, "no hay gatos por la calle".

Es precisamente una asociación británica, Care4cats, la que envía fondos a la filial ibicenca AGA para realizar las 17.000 esterilizaciones que ha llevado a cabo en Eivissa desde el año 2000, que suponen un gasto en veterinarios de unos 20.000 euros anuales. La presidenta de esta asociación, Ángeles Guijarro, lamentó que las instituciones locales no hagan ninguna aportación para solucionar este problema, que hace que muchas crías sean abandonadas por sus dueños al nacer por no poder hacerse cargo de ellas.

Según los cálculos de esta asociación, cada gata tiene de media tres camadas al año, lo que supone que, en un periodo de siete años, el animal y su descendencia tendrán unos 400.000 gatitos.

AGA reclama que las instituciones de la isla lleven a cabo campañas de esterilización de gatos para subvencionar los alrededor de 100 euros que cuesta aproximadamente cada castración