Jaume Ribas fotografiado ayer por la mañana en Cala de Bou. | Daniel Espinosa

Jaume Ribas (Sant Josep, 1947) acaba de publicar su cuarto poemario. Titulado La nit no espera (Edicions Can Sifre), se trata de una colección de reflexiones en forma de poemas que llevan al lector a recorrer distintos puntos de la geografía de Eivissa (haciendo especial hincapié en su querido Sant Josep donde pasó su infancia) hasta lugares muy lejanos como Praga, Viena, La Habana e, incluso Bagdad. Sin embargo, esta nueva obra también esconde una profunda reflexión, recogida en el propio nombre de la obra, La nit no espera.

—¿Por qué el nombre de La nit no espera para su cuarto poemario?

—Es el título del último poema del libro y se refiere al futuro incierto, a veces fatal, que espera a los emigrantes que deciden atravesar el mar para llegar a Europa con los medios que les proporcionan las mafias que se dedican a este tipo de tráfico de seres humanos.

—Normalmente los poemas hablan de amor, de cultura, de problemas sociales... pero usted lo hace de lugares concretos, una font, un bar, un paraje... ¿Cómo se consigue eso?

—Cualquier lugar, ya sea vivido o visitado, produce en nosotros una determinada sensación, emoción o recuerdo, Un paisaje natural preservado de la especulación, un lugar poblado por personas de cultura distinta a la nuestra, un monumento, una conversación... todos ellos pueden dejar una huella imborrable en nosotros. Escribir sobre estas impresiones es una manera de retenerlas para siempre.

—También habla de otros lugares que ha visitado, como Madrid, Bagdad, Salamanca, Viena o Praga... ¿Su poemario también es una pequeña guía de viajes en verso?

—Si. De hecho el libro tenía que llamarse Lugares y paisajes pero el drama actual de la emigración masiva de familias enteras del Oriente Medio me obligaron a cambiarlo, aunque el poema fuera escrito en 1995 y se refiriera a los emigrantes de los países subsaharianos.

—En tiempos que corren donde casi nadie hace poesía... ¿Por qué se ha decantado por este campo de la literatura?

—Tu no eliges a la poesía, es la poesía la que te elige a ti. Luego tu puedes expresarla con mayor o menor fortuna.

—Tiene dos libros de relatos y una novela, El casal esquerra, con el que consiguió el premio Narrativa Ciutat d’Eivissa en 2010, pero como poeta, ¿en quien se inspira?

—La inspiración surge del contacto con la realidad y la soledad de uno mismo, de la capacidad de introspección y de vencer la timidez primeriza. Tengo tres novelas escritas pero solo una publicada, El casal esquerre, porque publicar en catalán en Eivissa es muy difícil sin ayuda oficial y yo me niego por sistema a pedir esta ayuda. Bastantes beneficiados hay ya entre los políticos para que los autores tengamos que mendigar como en los tiempos de Cervantes.

—Dedica buena parte al lugar que le vió nacer, Sant Josep... ¿Qué le inspira Sant Josep?

—Sant Josep significa para mí el paraíso perdido de la infancia. Aquellos lugares incluso alejados de mi casa adonde podía ir cualquier día y me sentía libre. Por ejemplo, la casa de un amigo que me prestaba sus libros y tebeos, la playa, una fuente, una caminata de noche, los juegos tan distintos a los de ahora...

—Usted nació en 1947 y como exconseller de Medi Ambient entre 1979 y 1983 propuso iniciativas para defender el territorio de la especulación urbanística... ¿Cuánto ha cambiado Sant Josep?

—Sant Josep es el municipio que más ha cambiado de Eivissa en los últimos treinta años. Como conseller de Medi Ambient planteé en 1979 una moratoria urbanística que pretendía salvar de la destrucción Cala Tarida, Platja den Bossa, Cala Vedella, y todo el litoral que no estaba construido por aquel entonces. La verdad es que no encontré suficiente apoyo político ni social. Tenga en cuenta que el presidente del Fomento de Turismo en aquella época era el empresario que poco más tarde como miembro del Partido Liberal urbanizó la mayor parte de Cala Tarida.

—Entonces, ¿cómo ve la situación de la política actual?

—Bastante confusa. La mayoría de los políticos obedecen a intereses inconfesables. Todo lo que no sea decretar un crecimiento cero para nuestra isla me parece una locura.

—Y como exmaestro y director de Cas Serres durante 15 años... ¿cree los jóvenes se interesan por la situación de Eivissa y de España o directamente miran para otro lado?

—Los jóvenes tienen el futuro en sus manos. Ellos deben decidir.