Me encanta porque este es un festival que no empieza en summer o beach y que no termina en fest", con esas palabras, Ángel Carmona (Radio 3), daba por inaugurado Sueños de Libertad, un fin de semana dedicado a rendir culto a la música. Aunque antes de comenzar la primera sesión, el aforo completo del Cine Regio de Sant Antoni rindió un minuto de aplausos al príncipe de ‘Purple rain’, recientemente desaparecido.

Entre ovaciones salió al escenario la encargada de romper el hielo, Carmen Boza, quien dio rienda suelta a su prodigiosa voz, repleta de matices, y a su habilidad para pulsar las cuerdas de su guitarra. Aunque era su primer concierto en Eivissa se despidió con un anfiteatro puesto en pie y una abrumadora aclamación. Tras ella apareció la dulce Zahara que versionó sus propias letras a las que también añadió un toque de comicidad. No dudó en saltar al público para rematar su actuación con una canción tan alocada como sorprendente ‘Yola mola mil’.

Remataron la primera jornada los reyes indiscutibles. M Clan no dejó sentarse al público, tocando su repertorio más popular, en una noche donde reinaba el sonido en acústico y se empastaban las voces melódicas con las rasgadas. En un escenario tan acogedor como cualquier salón de casa, decorado con arte urbano, y rodeados de los más grandes –Bob Marley, Jim Morrison o Jimi Hendrix– M Clan pusieron un punto y aparte a un festival cultural que aún se reservaba para la jornada intensiva del sábado.

Con las fuerzas ya repuestas, el recinto Ferial de Eivissa fue el encargado de recoger el testigo al día siguiente para iniciar la maratón de conciertos desde primera hora de la tarde. Y si bien el viernes ya había gente haciendo cola antes de que abrieran las puertas, el sábado se fue ambientando más a medida que avanzó la tarde. Lo que sí pudo apreciarse fue un abanico más amplio de edades, pues el Regio lo llenaron jóvenes, en su mayoría treintañeros, mientras que a Vila acudieron grupos más variopintos, incluyendo entre ellos niños, para los que también había una zona de juegos, y quienes tampoco quisieron perderse este encuentro cultural.

Entre los jóvenes estaba Isabel una joven gallega, residente en Reino Unido, «venía a la isla con la idea de hacer algo alternativo y me ha gustado asistir a un festival que no fuera de música electrónica». Mientras que Álex, un andaluz amante confeso de la música, comentaba: «Me hubiera gustado haber ido también ayer, pero ya se habían agotado las entradas».

Pero esta segunda jornada no estuvo sólo basada en la música, sino que también se dieron encuentro otros estilos artísticos. Un despliegue de medios rodeó la puesta en escena de los ocho grupos que tocaron integrados en un mercadillo artesanal, donde a la música se le unieron también la pintura, la gastronomía y la artesanía.

Así, desde las 15:00 de la tarde se encadenaron los ritmos de Rock’n’Roll eléctricos, donde los grupos locales se encargaron de abrir el apetito de los asistentes, Stone Corners, Ryser & The Lemons y The Frigolos actuaron bajo el sol de media tarde, que se fue poniendo cuando pisó el escenario Ángel Stanich junto a su banda. Stanich fusionó no sólo estilos musicales, con sus canciones pop rock, sino que también mezcló bandas, invitando al escenario a dos miembros de Arizona Baby. Cerraron León Benavente y Fuel Fandango.

Buen ambiente y mucha interacción entre los artistas, aunque se registraron algunos problemas técnicos que obligaron a abandonar el concierto hasta en tres ocasiones a Quique González y los Detectives por problemas de audio, que fueron solventados ante el malestar del grupo.