El alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí, volvió a poner ayer el grito en el cielo por el nuevo retraso en la aprobación del Plan Director Sectorial de Carreteras –requisito indispensable para abordar la reforma de Ca na Negreta– por diferencias sobre su contenido entre los socios de gobierno del Consell d’Eivissa, PSOE y Podemos-Guanyem.

Marí calificó de «tomadura de pelo» que el PSOE haya decidido retirar del próximo pleno el punto sobre la aprobación del documento de carreteras tras constatar que Podemos votaría en contra. El alcalde popular acusó también a los podemitas de «poner cualquier excusa para boicotear el Plan Director» y pidió al jefe del Ejecutivo insular, Vicent Torres, «que asuma su responsabilidad como presidente» y saque adelante ambas propuestas «con la máxima agilidad».

Marí interpretó esta nueva parálisis «al miedo» que sienten los socialistas a una eventual crisis de gobierno en el Consell «porque tienen las sillas atadas con Podemos», y acusó a Vicent Torres de «no saber gobernar». «Lo que tiene que hacer es dar un puñetazo sobre la mesa y darle máxima prioridad a ambas aprobaciones, que saldrán con los votos del PP», añadió.

El alcalde de la Villa del Río se mostró «desesperado» porque, en su opinión, el Consell tiene «demasiado pasotismo» frente a una reforma que «no puede demorarse ni un minuto más». «Me preocupa que las obras no se inicien este año, como se prometió», agregó Marí, quien alertó del «colapso» que sufre la zona norte de la isla y del «espantoso verano» que les tocará vivir a quienes utilicen la carretera entre Eivissa y Santa Eulària.

Podemos, firme

Por su parte, Podemos Eivissa informó a través de las redes de que el Plan Director diseñado por el PP durante la pasada legislatura «incumple de manera flagrante» los acuerdos de gobernabilidad del Consell d’Eivissa firmados entre Podemos-Guanyem y PSOE, «ya que prevé crecimiento de tráfico de vehículos privados y ampliación de infraestructuras viarias en lugar de la protección del paisaje». Por ello, se mostraron firmes en su postura de votar en contra de su aprobación «si no hay un compromiso de modificarlo».