El pleno del Ayuntamiento de Eivissa aprobó ayer, con los votos a favor de PSOE y Guanyem, la abstención de los populares y el voto en contra de Epic, el acuerdo de doce puntos entre el Consistorio y Autoritat Portuària de Balears (APB) para acometer la reforma del puerto.

El alcalde de Vila, Rafa Ruiz, encargado de defender la propuesta, se mostró confiado en que la reforma del puerto se culmine a lo largo de esta legislatura y desgranó todos los puntos de este documento, entre los que destacó el acuerdo para eliminar todas las barreras del puerto, el compromiso para que el futuro edificio de es Martell tenga usos exclusivamente portuarios o la mejora de los problemas derivados tras la primera fase de la reforma en la fachada marítima.

La sombra de la duda la proyectó el concejal de Epic, Antonio Villalonga en su intervención en la que cuestionó «la legalidad del acuerdo» en el hipotético caso de que este contraviniera el Plan Especial del Puerto de Vila, pendiente todavía de su redacción. Vilallonga acusó al alcalde de «pintar las cosas de color de rosa» y añadió que la aprobación de este documento supone dar «un cheque en blanco» a APB.

Ruiz, quien acusó a Villalonga de «no hacer ninguna aportación» durante las reuniones previas del Consistorio en Junta de Portavoces, requirió la intervención del secretario del Ayuntamiento de Vila, quien ratificó la plena legalidad del acuerdo plenario y remarcó que se trata de «una simple declaración de intenciones» que APB deberá ejecutar siguiendo los procedimientos legales.

En declaraciones posteriores al pleno, Rafa Ruiz recordó que las licitaciones que está realizando la institución portuaria sobre el puerto de Vila se publican en el Boletín Oficial del Estado (BOE), por lo que «entiendo que lo hace acorde a la legalidad».

Virginia Marí, portavoz del PP, se mostró a favor de este documento pese a la abstención de su grupo y se puso a disposición del equipo de gobierno para llegar a acuerdos sobre la reforma portuaria.

EL AMBIENTE

El cuento del emperador desnudo abre la campaña

La estrategia de explicar la política con palabras llanas se está convirtiendo ya en una costumbre en los cada vez más largos plenos del Ayuntamiento de Eivissa. La excusa son siempre los alumnos que acuden a la sesión. En esta ocasión, los de primer curso de la ESO del colegio Mestral. Los principales actores fueron de nuevo el primer teniente de alcalde, Alfonso Molina, y el popular Álex Minchiotti, quien ayer hizo valer el cuento del emperador que cree que va vestido cuando en realidad está desnudo antes de acusar a sus oponentes políticos de derrochadores y calentar de paso los ánimos de la nueva campaña electoral que está a punto de comenzar.

Los trajes, que dan para mucho en política, volvieron a surgir en otro momento del debate cuando el popular le dijo al socialista Molina que en lo único que se pusieron ayer de acuerdo fue en la camisa y en la americana, exactamente iguales en ambos casos.

Las carcajadas acabaron con aldabonazo del primer teniente de alcalde cuando se sacó de la manga un «marrón» en forma de una factura de 2011 sobre el alquiler de un piano para un concierto del coro que, según Molina, los populares nunca pagaron.

Un enfrentamiento verbal nada tenso cargado de sorna que para el verso suelto de Villalonga no deja ser pura pantomima. Para él, PSOE y Guanyem podrían ausentarse del pleno. «El PP ya se encarga de defender sus posturas», sentenció.